Antonio, el propietario, y Natalia, una empleada, vigilan constantemente los accesos de la salina. :: C. R.
Chiclana

La salina Los Hermanos ha sido asaltada una veintena de veces desde el mes de enero

Los ladrones, que acceden a través del caño Sancti Petri, se han llevado material valorado en unos 20.000 euros para vender como chatarra

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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La producción de sal es uno de los trabajos que se ha ido perdiendo en Chiclana con el paso del tiempo, pero aún quedan algunos empresarios que deciden dar continuidad a las salinas en un momento en que es difícil sacar adelante cualquier negocio. Es el caso de Antonio, que lleva explotando la salina Los Hermanos, en la entrada de la ciudad, desde hace poco más de dos años. Sin embargo, a pesar de su iniciativa, su trabajo se está viendo obstaculizado desde que en el mes de octubre comenzara a sufrir robos con asiduidad y se incrementaran desde enero.

En total, unas quince o veinte veces ha llegado a través del caño de Sancti Petri una pequeña embarcación con tres individuos y provista de todo tipo de herramientas para desvalijar las casetas que albergan el material de trabajo. Concretamente, desde enero, son siete las denuncias interpuestas ante la Guardia Civil y unas pérdidas cuantificadas en unos 20.000 euros. Antonio, el propietario de la salina Los Hermanos, comentó que la situación a la que se enfrentan es «desesperante y frustrante porque nosotros, además de trabajar por las mañanas, por las noches hacemos rondas de vigilancia y no tenemos descanso». A lo que Natalia, una de las empleadas, añadió que los robos aquí «se llevan a cabo con total impunidad, da igual si es de día, solo aprovechan las mareas, incluso una vez intentaron desembarcar estando aquí la Guardia Civil y cuando fueron a Gallineras a darles el encuentro no aparecieron».

Mediante estas vigilancias, ambos han visto a los delincuentes y «en alguna ocasión los encontronazos casi han llegado a la agresión física, pero después tenemos que convencer a las autoridades de que esto es así, porque hasta ahora no se ha abierto una línea de investigación».

El último robo tuvo lugar hace una semana y, en esa ocasión, asaltaron una de las casetas mediante el método del butrón para hacerse con todas las piezas posibles de dos generados eléctricos, lo que los ha dejado inutilizados. Antonio comentó que el valor de cada uno de ellos es de 44.00 euros. Antonio explicó que observando las actuaciones, «sabemos que vienen a por chatarra para después venderla, pero los destrozos que estamos sufriendo están poniendo en peligro la estabilidad de la empresa, si continúan acabarán con la salina, ya alguna vez hemos estado una jornada entera parados porque nos habían dejado sin medios para envasar». Así, Natalia detalló que con los robos «hemos perdido baterías, cableados, radiadores, herramientas y hasta los pomos de las puertas y el plato de la comida del perro. En otra ocasión recuperamos una pieza en un lugar de venta de chatarra en San Fernando mediante orden judicial y se la volvieron a llevar».

Bajo estas circunstancias, Antonio y Natalia tienen puesta la esperanza en que la labor de la Guardia Civil acabe con la delincuencia que vienen sufriendo, ya que, como el propietario explicó, «en un lugar como este no podemos protegernos de otra forma, la vigilancia no sirve de nada porque el terreno es llano y si ellos también nos ven a nosotros, se van a la otra punta de la salina para saquearla mientras llegamos». Igualmente, planteando la solución de establecer algún tipo de vallado, Antonio señaló que «es muy complicado cercar 10 hectáreas de salina, más aún por la delicada situación económica en la que está quedando el negocio».