Nadal saluda a los aficionados tras el partido. :: AFP
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Nadal supera a Ryan Sweeting en uno de sus duelos más cómodos sobre la hierba

Las facilidades del norteamericano y el buen juego del balear fueron más que suficientes para cerrar su pase a la tercera ronda en Wimbledon

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las sensaciones que ofrece el juego de Rafa Nadal son excelentes. Al contrario que en París, donde arrancó sin confianza, el balear volvió a vencer apaciblemente a un rival que no creyó en sí mismo. Ryan Sweeting, que se vio derrotado nada más ver cómo Nadal le rompía en el primer set, fue incapaz de mostrar la más mínima sensación de poner en peligro el triunfo del español. El manacorense, sin la espectacularidad de otras ocasiones, pero muy sólido una vez más desde el fondo de pista, jugó a placer. Después de dos horas y siete minutos, el seis veces campeón de Roland Garros abrochó el partido por 6-3, 6-2 y 6-4. En su próximo enfrentamiento, el actual número uno del mundo se verá las caras con el tenista luxemburgués Gilles Müller, que derrotó a Milos Raonic gracias a la retirada del canadiense por lesión.

El primer set duró cuatro juegos, el tiempo que tardó Nadal en romper el servicio del norteamericano. En el momento en el que el de Manacor se puso 3-1, la abismal diferencia entre ambos tenistas apareció. Y no solo eso. La placidez en el juego del balear fue directamente proporcional a las facilidades ofrecidas por Sweeting. El juego intermitente del estadounidense se basaba en, prácticamente, ningún tiro ganador -tres en el primer acto-, con demasiados errores no forzados. Y eso, si tienes enfrente a un adversario de la categoría de Nadal, se acaba pagando. El balear se limitó a conservar su servicio sin apuros y cerró la manga por 6-3.

Sin despeinarse

Al igual que en el partido ante Rusell, el manacorense comenzó el segundo parcial con un rotura de saque. Sin dar ninguna concesión a su oponente, el número uno cabalgaba tranquilamente al tiempo que los juegos iban cayendo de su lado. Todo iba sobre ruedas, puesto que su derecha fluía apaciblemente. Su servicio caía de su lado con una facilidad pasmosa. El partido, decantado desde los primeros juegos, apenas ofrecía algunos 'drives' ganadores del español. Y poco más, porque a Nadal no le hacía falta. El español sentenció el segundo set por 6-2 con un único error no forzado en la manga.

En el tercer parcial, Nadal, con todo a favor, tuvo tiempo para seguir mejorando algunos aspectos de su tenis. Y así lo hizo el inmenso jugador español. Rafa siguió con su dinámica, subió a la red y tiró más con su revés cortado. Hasta que cedió su servicio, lo que propició el empate a dos en el marcador. Ligera sopresa en el electrónico, aunque, afortunadamente, no pasaría a mayores.

En ese momento, el bicampeón de Wimbledon recuperó su fortaleza desde el fondo de pista. Mientras tanto, Sweeting se empeñó en seguir poniéndoselo fácil con sus fallos. Demasiadas facilidades para Nadal. Y, por si era poco, Nadal recuperó algunos de sus tiros especiales: el 'passing-shot', con el que cerró el 'break' del séptimo juego, y sentenció un partido muy tranquilo, hecho que le asegura llegar sin demasiado cansancio a la siguiente eliminatoria.

Y en este sentido, el número 69 del mundo, sabiéndose perdedor del duelo, soltó el brazo y consiguió varios puntos espectaculares. Demasiado tarde. De poco sirvió esa reacción, ya que el duelo tenía dueño, y ese era el número uno del mundo, que cerró uno de los partidos más cómodos que ha tenido sobre la hierba.