«Nunca he sido muy amigo de la monarquía»

Colin Firth (Grayshott, Reino Unido, 1960) vive en estado de gracia. Todas las críticas han ensalzado su papel en 'El discurso del rey', donde se mete en la piel del monarca británico Jorge VI, que superó su tartamudez gracias al apoyo de un excéntrico logopeda australiano (Geoffrey Rush). El actor, nominado a los Globos de Oro, se perfila como ganador del Oscar que debió obtener el año pasado por 'Un hombre soltero'. El filme llega hoy a los cines.

-¿Cuál es su actitud hacia la monarquía moderna?

-Nunca he sido muy amigo del aparato o de las autoridades, tampoco de la monarquía. Conozco gente que piensa que es muy importantes para la identidad de un país y su sentimiento nacionalista parte de su condición de monárquicos, pero yo no lo considero nada patriótico.

-¿Rodar 'El discurso del rey' cambió su postura hacia la institución?

-No. Este filme no ha cambiado mis pensamientos políticos. Me gusta contar historias interesantes, no es necesario que comparta las opiniones que muestran. El público está respondiendo, pero creo que es por ver cómo el rey Jorge supera sus problemas. Eso es algo con lo que todos nos identificamos. No siempre tenemos la elocuencia que deseamos, el lenguaje que queremos, a veces nos intimidan nuestras circunstancias.

-¿Conocía la historia de Jorge VI antes de leer el guion?

-Sabía que hubo una crisis y un rey abdicó. Y que era un rey que murió relativamente joven porque Isabel II llegó al trono muy pronto. Todos hemos visto en televisión su coronación en 1952, pero eso era todo. Ni siquiera sabía que la reina madre era su mujer.

-¿Le sorprendió esta extraordinaria historia?

-Sí. A veces es interesante seguir las historias de aquellos que acompañan a los grandes personajes, porque suelen ser fascinantes. Me gusta representar a personas que pasan de ser del montón a protagonistas. Historias que reflejan las virtudes humanas, no los superhéroes.

Mantener la humildad

-¿El tartamudeo del rey está basado en hechos reales?

-Nunca superó su tartamudez, ni la película muestra que la superara. Simplemente consigue que su tartamudeo no le impida ser rey. En su último discurso se le ve luchando contra sí mismo, peleando por cada palabra. Es precisamente esa pelea lo que hace que el espectador esté pegado a su silla hasta el final de la película.

-Si Jorge VI viviera, ¿qué le preguntaría?

-Cuáles son mis oportunidades en esta temporada de premios, ja, ja. Sin duda es un gran momento para mí. Si soy capaz de seguir interpretando personajes tan buenos habré alcanzado el éxito. Esta profesión te lleva una temporada a lo más alto y luego te deja en secano durante otro tanto. Tengo la suerte de estar en una edad en la que me presentan historias interesantes, pero no sé cuánto me va a durar la magia.

-¿Cómo piensa mantener este momento que está viviendo?

-No pienso hacer nada distinto, ni exagerado. Obviamente me encantaría encontrar un personaje del mismo calibre, pero no lo he encontrado. Me da lo mismo un filósofo, un sastre, un soldado o un espía, lo que estoy deseando es regresar al trabajo.