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El relieve del XVIII desaparecido del sagrario de Santiago no llegó a salir del templo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Caso cerrado y denuncia retirada. El relieve desaparecido de la iglesia de Santiago no había sido robado. Una confusión a la hora de guardar en otro sitio esta interesante pieza del siglo XVIII alarmó tanto al párroco, Pedro de la Herrán Incierte, como al delegado diocesano del Patrimonio, Enrique Soler Gil. Este último llegó, antes de la aclaración, a formular denuncia ante la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.

El relieve desaparecido -una obra valiosa de talla policromada y estofada- había sido retirado del espacio ocupado en la capilla del sagrario de este templo que cumple ya cuatro años cerrado al culto en obras de rehabilitación. La inestabilidad de su fijación en el sitio habitual hizo que algún colaborador parroquial la retirara para reservar en otro lugar y bajo unos plásticos. La ausencia del párroco, hospitalizado, contribuyó a semejante confusión.

El último de los episodios de robo en Santiago se produjo el pasado mes de febrero, cuando apenas en una semana se cometieron dos de estas acciones. En el primero, los asaltantes solamente pudieron llevarse material de obra. El segundo originó un botín para los ladrones de 63 figuras que habían sido extraídas del baldaquino en el que estaban incrustadas. La mayoría habían sido abandonadas en una nave y fueron recuperadas.

Riesgos de una obra parada

La situación de quiebra que sufre la empresa a la que le habían sido adjudicadas las obras de recuperación que se estaban haciendo en la iglesia de Santiago mantiene parados los trabajos mientras tanto. Y la apariencia de abandono que puede comenzar a ofrecer el templo gótico, todo un emblema en la ciudad y corazón de uno de sus barrios más genuinos, comienza a sentirse como una 'invitación' para los amigos de lo ajeno.

Por ello cualquier desaparición, como ha ocurrido en este último caso, lanza las alarmas en el seno de la Iglesia diocesana y los responsables de su patrimonio histórico-artístico. Los casos ya mencionados, aquellos que sí constituyeron acciones contra la propiedad, comienzan a ser considerados motivos para la preocupación. Cuatro años después las obras no avanzan y la cuestión ya no es sólo cuándo podrá reabrirse el templo.

La seguridad del patrimonio es lo que comienza a estar en juego. Y no ya por el derrumbe de Santiago -que pudo llegar a temerse- sino por lo que ocurra con cuanto hay en su interior.