el laberinto

El buscón, el estebanillo y Jenaro

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Un día como hoy, 8 de septiembre, allá por 1645 moría en Villanueva de los Infantes uno de los escritores más complejos e importantes del Siglo de Oro Español: Francisco de Quevedo. Entre su destacada obra podemos recordar Historia de la vida del Buscón llamado Don Pablos, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños, novela conocida por todos como El Buscón y que representó la cumbre de un estilo, el de la novela picaresca. Aunque con repercusión importante en la literatura europea se trata de un género tipicamente español. Junto a la citada obra, podemos mencionar otros ilustres ejemplos de este españolísimo estilo como la Vida de Lázaro de Tormes, de sus fortunas y adversidades, el famoso Lazarillo de Tormes, De la vida del pícaro Guzmán de Alfarache del sevillano Mateo Alemán, la Vida del escudero Marcos de Obregón del rondeño Vicente Espinel, El diablo cojuelo del también andaluz Luis Vélez de Guevara o la autobiográfica Vida de Estebanillo González, hombre de buen humor, compuesta por él mismo. La mayoría de estas obras utiliza a sus protagonistas para satirizar y criticar la injusta sociedad de la época a través de la descripción de rufianes, aprovechados y una interminable lista de personajes nada edificantes que alcanza su culmen en la inmoralidad manifiesta del Estebanillo. De ahí que a partir de esos ejemplares de discutida conducta, la Real Academia Española defina el término de «picaresca» como forma de vida o actuación aprovechada y tramposa.

Tendremos pues que reconocer que la ilustre galería de pícaros españoles, en la más típica y genuina expresión del género, tiene un digno representante y heredero en la ya famosa y popular figura de Jenaro Jiménez. Nada de protagonista de culebrón venezolano de sobremesa televisiva. Jenaro, indiscutiblemente, debe unirse a la lista de los famosos pícaros españoles. Méritos no le faltan para ello. Desde las supuestas persecuciones por parte de la mafia rusa, la desaparición en las históricas aguas de Trafalgar, la historia de amor con Miss Boquerón hasta el nombre adoptado para la aventura americana, Alvaro Domecq, dan buena muestra de ello. Un personaje de telenovela hubiera elegido una identidad más acorde a lo establecido por las tendencias actuales en el ámbito socio-televisivo, como Kevin Manuel, Iván Alejandro o Joshua Fernando. No, la elección del nombre del famoso ganadero hace merecedor a Jenero de entrar en la exclusiva lista de nuestros pícaros más auténticos. Nuestro gaditano también es viajero como los protagonistas de la picaresca española. Recordemos que el Buscón marchó a América para terminar allí sus días. Jenaro, en cambio, ha vuelto. También volvió Estebanillo González para ser condenado e indultado. Naturalmente la Justicia tiene la última palabra pero, de ser declarado culpable, nuestro pícaro del siglo XXI debería escribir el relato de sus aventuras. Sin duda sería un éxito editorial que serviría para resarcir económicamente a todos aquellos a los que ha estafado. ¿ Y quién sabe?. A lo mejor nos encontramos con una obra maestra que sumar a este género literario español.