El número de antenas de telefonía móvil sube casi un 200% en tres años

Pese a ecologistas, asociaciones vecinales y colectivos de diversa índole que ponen en tela de juicio lo inocuo de las antenas de telefonía móvil, lo cierto es que el término municipal de Jerez acumula ya la cantidad de 276 estaciones base, lo que supone un incremento del 190% en tan solo tres años. Si en 2005 el número se cifraba en 95, el crecimiento ha sido prácticamente imparable ante la impotencia de los detractores de este tipo de cableado, cuyas advertencias y reivindicaciones parecen no haber servido de mucho.

Estos datos, facilitados por el Ministerio de Industria, que certifica que en la actualidad son 1.579 las antenas instaladas en toda la provincia de Cádiz, evidencian que la intención de las autoridades no es poner freno a la colocación de unas infraestructuras cuya peligrosidad para la salud de los humanos a largo plazo sigue sin estar descartada. Probablemente algo tendrá que ver en esta tendencia creciente la subvención que los ayuntamientos recibirán por la instalación de antenas de telefonía móvil, dentro del Plan Avanza que para el desarrollo tecnológico ha impulsado el Gobierno central hasta 2012, con un presupuesto de 5.000 millones de euros.

En concreto, aquellos consistorios que en relación a su número de población incorporen más estaciones de base, tendrán derecho a mayores subvenciones estatales, orientadas a programas de desarrollo de las tecnologías de la información. Una vicoca en época de vacas flacas que será aprovechada por la mayoría de instituciones municipales, que no obstante tendrán que hacer frente al aluvión de protestas que ello generará, y que de hecho ya está generando a día de hoy, en buena parte de la ciudadanía.

Unión en la Zona Este

En el caso concreto de Jerez, dentro de esta corriente contraria a la colocación de antenas de móviles en pleno casco urbano, las asociaciones vecinales de la Zona Este son de las que pegan más fuerte, y tras acudir al Defensor del Ciudadano y a la vía de la pancarta en numerosas ocasiones, están dispuestas a llegar adonde haga falta para evitar que siga proliferando este cableado, sin olvidar la lucha por que se reubique buena parte del existente en lugares alejados de los núcleos de población, especialmente aquellos cercanos a emplazamientos más susceptibles como colegios o centros de salud.

Sin embargo, su lucha sin cuartel parece toparse sólo con obstáculos. Al incentivo dirigido a los ayuntamientos para la instalación de las antenas y la evidente presión e influencia de las compañías telefónicas, hay que añadir la insistencia del propio Ministerio sobre el nulo perjuicio de esta infraestructura para los ciudadanos, como viene avalado en el Plan de Medidas de Control del Nivel de las Emisiones Radioeléctricas que entró en vigor hace dos años, y que tiene como objetivo mejorar y reforzar el control de las ondas, tanto de radio y de televisión como de telefonía móvil.

Se trata de un plan que garantiza unos estudios previos de los niveles de emisión y una inspección de las instalaciones antes de su puesta en marcha; un sistema de vigilancia permanente; otro de atención e información al ciudadano y un comité técnico encargado de de elaborar un informe sobre las actuaciones que se realicen. Sin embargo, como repiten una y otra vez los colectivos afectados, sigue sin haber documentos científicos que corroboren la inocuidad de las antenas y, por contra, cada vez existen más que arrojan serias dudas sobre ello.

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