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El congresista republicano Steve Scalise ha resultado herido en el tiroteo de Alexandria - AFP

Un detractor de Trump intenta una matanza de republicanos que jugaban al béisbol

El líder de los conservadores en la Cámara de Representantes, Steve Scalia, ha resultado herido y se encuentra en estado crítico

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La motivación ideológica es la principal hipótesis que barajan los investigadores del suceso que ha conmocionado a Washington D.C., la capital estadounidense y sede que acoge a los representantes de la clase política, a menudo vituperada por los norteamericanos. Sin embargo, el miércoles se convertiría en un día para ensalzar a uno de ellos, y para la reflexión sobre la crispación política que vive EE.UU.

El congresista republicano Steve Scalia, que participaba en un partido de béisbol benéfico junto con otros compañeros de partido en unas instalaciones deportivas de Alexandria (Virginia), se vio envuelto en una lluvia de disparos, de la que resultó malherido. Actualmente se encuentra en estado crítico. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ido a visitarle al hospital para interesarse por su grave estado de salud.

James Thomas Hodgkinson, seguidor del senador demócrata Bernie Sanders -para quien trabajó como voluntario durante la pasada campaña electoral- acababa de irrumpir a tiros con un rifle, poco después de preguntar a dos congresistas si quienes jugaban eran «demócratas o republicanos». Jeff Duncan y Ron Desantis entenderían más tarde que acababan de dar todas las pistas a quien aspiraba a causar una matanza en el campo de béisbol, que se limitó a asentir con frialdad: «Ok, gracias, dense la vuelta».

Obtenida la respuesta que buscaba, el pistolero tiró con su arma «decenas de veces, quizá un centenar», según los testigos presenciales, quienes calificaron de «infierno que parecía no terminar nunca» el periodo de «cinco o diez minutos» que transcurrió hasta que un agente logró abatir al atacante de un certero disparo. Hodgkinson moriría después en el hospital, mientras que los otros cuatro heridos, dos agentes de policía (un hombre y una mujer), un miembro del equipo del congresista texano Roger Williams, y un lobista están ya fuera de peligro. El propio Trump ha hecho pública la muerte del tirador en una comparecencia en la Casa Blanca, en la que ha destacado «la valentía» de los agentes porque sin su actuación «habría más muertos».

Hodgkinson ha sido abatido por la Policía y finalmente ha muerto en el hospital, según ha anunciado el propio Trump en una comparecencia desde la Casa Blanca. El presidente ha destacado la "valentía" de los agentes porque, de no haber actuado, habría más muertos, ha defendido.

Durante las horas de conmoción que siguieron al brutal ataque, el relato de víctimas y testigos, la gran mayoría congresistas, permitió hacerse una idea muy cercana al terror sufrido. Un hombre disparando rifle en mano obligaba a ponerse a cubierto a las decenas de personas que compartían un rato de deporte amistoso, antes de incorporarse a su trabajo: «Yo estaba en el suelo, y vi cómo mi compañero Steve caía malherido…», acertaba a decir el congresista Mo Brooks. El senador Rand Paul, calificó la escena como «un campo de muerte», coincidiendo con la descripción de otros colegas, que posteriormente se mostrarían impresionados por la cantidad de casquillos de bala esparcidos por el césped.

Pistolero de izquierdas

La ideología radical del pistolero, autoconsiderado de izquierdas en sus testimonios en las redes sociales y con un confesado odio hacia los republicanos, en especial hacia Donald Trump, se fue abriendo paso mientras se sucedían las reacciones políticas y sociales. La investigación halló en la cuenta de Facebook de James Thomas Hodgkinson alusiones al presidente, con una directamente amenazadora: «Trump es un traidor. Ha destruido nuestra democracia; es tiempo de destruir a Trump y compañía». Sus amenazas venían acompañadas de mensajes con una especial inquina hacia los republicanos, a quienes tildada de «sexistas y racistas». Su hermano Michael corroboraría poco después la aversión de James Thomas hacia el actual inquilino de la Casa Blanca, sobre todo desde que su victoria electoral frente a Hillary Clinton: «Estaba convencido de que con Trump como presidente, las cosas no están yendo bien para nuestro país».

El presidente compareció desde la Casa Blanca para llamar a la «unidad de la nación» ante las cámaras de televisión, antes de ensalzar la labor y la persona de Scalise, a quien llamó «buen amigo, patriota y luchador». Durante su comparecencia, Trump anunció la muerte del pistolero, que se había producido minutos antes.

Un hombre recibe atención médica en el lugar del tiroteo en Alexandria
Un hombre recibe atención médica en el lugar del tiroteo en Alexandria - EFE

Condena de Sanders

Cuando trascendió la identidad del agresor y que había participado en las campañas de Bernie Sanders, el senador por Vermont salió al paso para condenar la acción criminal: «Estoy asqueado por este despreciable acto. Déjeme que sea claro con esto: cualquier tipo de violencia es inaceptable en nuestra sociedad, y por eso condeno esta acción de la forma más contundente posible. Además, agradezco a la policía su exitosa labor frente al ataque». Robert Becker, responsable de campaña de Sanders, descartó que Hodgkinson se encontrara entre los cien miembros del equipo principal, aunque sí entre los 10.000 voluntarios: «Y eso que no he encontrado a nadie que se acordara de él», sentenció.

El día resultó ser especialmente inusual en el Capitolio, el majestuoso edificio que cubre como un paraguas las dos cámaras legislativas. Las sesiones se convirtieron en un homenaje a Steve Scalia. Por una vez, republicanos y demócratas, demócratas y republicanos, coincidieron en cada palabra de reconocimiento, hacia su compañero, hacia su trabajo y hacia un país que es capaz de levantarse como un resorte cada vez que su democracia se ve atacada. «Tenemos muchas diferencias, pero tenemos que ser capaces de estar unidos, de acordarnos de nuestro colega Scalise, de su familia… Porque esto es una cuestión de familia. Tenemos que ser capaces de rezar por nuestro presidente Obama y por su familia. Y también de rezar por nuestro presidente Trump y por su familia». Con estas emotivas palabras y la voz entrecortada, se dirigía al pleno de la Cámara de Representantes la líder demócrata, Nancy Pelosi, que recibió una cerrada y estruendosa ovación de todos los congresistas.

El speaker del Congreso y líder republicano, Paul Ryan, respondería con otro cierre de filas: «Cuando se ataca a uno de nosotros, se nos ataca a todos», sentenció.

Visita por sorpresa del presidente

De forma inesperada, tras el tiroteo, Donald Trump, acompañado de su esposa Melania, ha visitado al congresista republicano Steve Scalise en el hospital donde está siendo tratado después de resultar herido.

Según informaron los periodistas que siguen al mandatario, Trump llegó al hospital Washington MedStar a las 20.40 hora local (0:40 GMT del jueves) para visitar al legislador, a quien llevó flores para animar su convalecencia en una parada no prevista en su agenda.

«Acabo de salir del hospital. El congresista Steve Scalise, una de esas personas verdaderamente estupendas, está en un estado muy complicado, pero es un verdadero luchador. ¡Recen por Steve!», ha escrito Trump en su cuenta de la red social Twitter.

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