Theresa May junto a su ministro de Economía, Philip Hammond
Theresa May junto a su ministro de Economía, Philip Hammond - AFP

La tasa de paro británica baja al nivel de hace 42 años

Cae el poder adquisitivo al subir los sueldos menos que la inflación

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Los datos de empleo de la economía británica post Brexit siguen sorprendiendo y han dado un nuevo espaldarazo a May a veinte días de las elecciones. En el primer trimestre del año la tasa de paro ha caído al 4,6%, la menor en 42 años, con 1,5 millones de parados. Se registraron 122.000 ocupados más. El nivel ocupación está en el 74,8%, algo que no se veía desde 1971.

Sin embargo la moneda tiene otra cara. La inflación se ha disparado tras el triunfo del Brexit, debido a que la acusada devaluación de la libra ha encarecido las importaciones de energía y alimentos. De marzo a abril la subida de los precios pasó del 2,1% al 2,7%.

Los salarios no están creciendo a ese ritmo y se está produciendo de hecho una pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos. El Brexit comienza a notarse además en la caída del precio de la vivienda, que bajó un 0,3% en marzo y un 0,4% en abril. Al adelantar las elecciones, Theresa May comparece en las urnas antes de que la aventura antieuropea se note de forma más cruda en el bolsillo del público.

Los sueldos en el primer trimestre han crecido un 2,1%, es decir, un 0,6% menos que la inflación. La fundación Resolution, un respetado centro de estudios económicos, ha dicho este miércoles que habría que remontarse a la época de las guerras napoleónicas para ver una merma tan acusada del poder adquisitivo de los salarios de los británicos.

Theresa May y su ministro de Economía, Philip Hammond, han comparecido esta mañana de miércoles en la City en un acto electoral para valorar el programa de Corbyn, presentado el martes, que han tachado de «un catálogo del caos». May ha advertido que «la gente pagaría el precio del laborismo». El Partido Conservador, una gran máquina de poder perfectamente organizada, ha publicado en tiempo récord un informe en el que desmenuza las propuestas económicas de los laboristas, que ha titulado «El coste de Corbyn».

Lo más morboso de la comparecencia es que la primera ministra se negó a preguntas de los periodistas a ratificar a Hammond en su puesto tras las elecciones. Es del dominio público que el ministro de Economía está enfrentado al gurú personal de May, Nick Timothy, cerebro del programa electoral de los tories y que aboga por dar al partido un giro más social y próximo a las clases trabajadoras.

Timothy es un rara avis en su partido, lo que se llama «un tory de cuello azul» por su baja extracción social. Sus propuestas chocan con el rigor contable que preconiza el prudente Hammond. Días atrás, «The Times» aseguró que se registran broncas con juramentos entre el ministro y el grupo de fontaneros personal de May, muy influenciada por sus consejeros de cámara, que ya la acompañaban en su etapa como ministro del Interior. En una entrevista esta mañana, Hammond no desmintió esos enfrentamientos, aunque tachó de «chismes» que se hable de ellos.

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