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Una mujer y un niño dejan flores en la calle donde murió la diputada laborista - Reuters

Jo Cox recibió amenazas de muerte de un hombre durante tres meses, pero no se reforzó su seguridad

Un diputado laborista acusa a Leave de distribuir «material muy peligroso» en su campaña

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Jo Cox, la diputada laborista de 41 años que hacía campaña por la permanencia en la UE, asesinada brutalmente a la una de la tarde del jueves por un solitario de 52 años, había recibido amenazas telefónicas durante tres meses. La Policía reconvino al hombre de las llamadas, que no es el que la mató ayer, pero su seguridad no fue reforzada.

Según revela «The Times», las fuerzas de seguridad sopesaron incrementar la protección en la biblioteca de Birstall, donde Jo Cox se reunía semanalmente con los vecinos de su circunscripción electoral. También se planteó poner vigilancia en la barcaza donde vivía en el Támesis junto a su marido y sus hijos de tres y cinco años, que está amarrada cerca de la Torre de Londres, en el centro de la capital.

Pero finalmente no se llegó a hacer nada.

La noche de ayer y la mañana de hoy están marcadas en el Reino Unido por el recuerdo emocionado de Jo Cox. La también diputada laborista Rachel Reeves rompió a llorar desconsoladamente en su visita de esta mañana a Birstall, en cuya iglesia de St. Peter se mantuvo una vigilia toda la noche. Los medios se han desplazado en masa al pequeño pueblo de 16.300 habitantes, con directos constantes desde la calle Market, donde se produjo el crimen. En las inmediaciones del Parlamento de Westminster se acumulan las flores y los carteles en recuerdo de la asesinada.

Bill Gates, contra el Brexit

La campaña electoral permanece suspendida hasta mañana sábado. El FMI, que iba a publicar hoy su último y esperado informe sobre los riesgos económicos del Brexit, lo ha pospuesto hasta mañana, aunque ha trascendido que pronosticará que dejar la UE podría provocar una caída del PIB británico del 5,5%. Quién sí se ha pronunciado es uno de los hombres más admirados y ricos del mundo, Bill Gates, el fundador de Microsoft e importante filántropo ha hecho en una carta en «The Times» una defensa clara de la permanencia y explica que uno de los motivos por los que tomó la decisión de llevar a Inglaterra un fondo solidario de mil millones de dólares fue que el país formaba parte de la UE. «Fuera de Europa, Gran Bretaña sería un lugar significativamente menos atractivo para hacer negocios e inversiones», afirma Gates. «Europa es más fuerte con Gran Bretaña, y del mismo modo Gran Bretaña es más próspera e influente como miembro de la UE».

Los líderes de las dos campañas se han limitado a elogiar a la fallecida y no han intentado hacer un aprovechamiento político del asesinato. Pero sin duda pesará en el resultado electoral. Anoche en el programa «Newsnight», un diputado laborista, Neil Coyle, realizó la primera insinuación relacionando el crimen con los mensajes de los brexiters. Calificó la campaña de Leave de «muy peligrosa», porque corren el riesgo de «impulsar a la extrema derecha». «Deberían pensar con mucho cuidado el material que publican», añadió. Coyle recibió algunas réplicas airadas en las redes sociales por parte de partidarios del Out que no quieren ser relacionados con un brutal asesinato.

Su alusión al «material que publican» coincide con la polémica que ha suscitado el último y lamentable cartel de Nigel Farage, el estrafalario líder del partido populista y eurófobo UKIP. Muestra una foto con una cola de refugiados y en grandes letras dice: «Punto de no retorno». Ha sido condenado tanto por la campaña Remain como por Leave, de la que formalmente UKIP no es parte.

La Policía investiga en internet las posibles simpatías políticas ultras de Tommy Mair, el asesino de 52 años. Su hermano menor, Scott, ha dicho que «no es un hombre político» y ha recordado sus constantes problemas mentales. Insiste a pesar de lo sucedido en que «no es una personal violenta». Tommy Mair había participado en 2011 en un programa de recuperación prestando servicios comunales en un parque. Nunca había tenido un empleo fijo y vivía en una casa adosada, en un callejón sin salida a un cuarto de hora caminando del lugar donde cometió el asesinato, de un terrible ensañamiento: disparó a Jo Cox y cuando estaba tendida en el suelo le descerrajó dos tiros más, uno en la cara, la acuchilló y antes de alejarse caminando lentamente la pateó y gritó «Britain first», frase que coincide con el nombre de un partido de ultraderecha. La formación radical, formada en 2011 por extremistas del Ulster para «defender la cultura británica», afirma que no formaba parte de sus filas y ha condenado el atentado.

El asesino se pasaba largas horas en internet en la biblioteca local. Según algunas fuentes, era habitual de una página racista sudafricana. Era un solitario absoluto, aunque algún vecino dice que «no parecía capaz de matar ni a una mosca». Sobrevivía haciendo pequeños trabajos de jardinería para sus vecinos y ayudando a arreglar ordenadores.

En el campo político, se cree que la tragedia suscitará una reacción de mayor entrega en su campaña del Partido Laborista, hasta ahora a medio gas, sobre todo su cúpula, con un Corbyn muy reticente a defender la misma postura que Cameron y Osborne. En todas las elecciones, el Partido Laborista moviliza una impresionante campaña de voluntarios, que van puerta a puerta animando a acudir a votar. El homenaje a Jo Cox, y la rabia por su muerte, provocará ahora que peleen con más intensidad por la permanencia, causa que la asesinada defendía de manera muy activa.

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