Los Obama, durante su paseo bajo la lluvia por La Habana
Los Obama, durante su paseo bajo la lluvia por La Habana - EFE

El protocolo tropical de la familia Obama en Cuba

El «chic caribeño» de las mujeres de la familia presidencial ha dado aún más repercusión al esperado viaje

MADRID Actualizado: Guardar
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Michelle Obama descendía deslumbrante por la escalerilla del avión, a su llegada al aeropuerto internacional José Martí de Cuba el pasado domingo. Sin chaqueta ni abrigo, aterrizó en La Habana bajo la lluvia, pero con una temperatura de 25 grados. En esta visita de acercamiento entre Estados Unidos y la gran perla de las Antillas, tras 88 años sin precedente, se ha impuesto el «protocolo tropical», mucho más relajado que el que se cumpliría en una visita de los Obama a otros países occidentales. La primera dama estadounidense escogió un vestido de Carolina Herrera, ideal para climas templados y celebraciones en espacios abiertos. Los colores, blanco, rojo y azul recordaban a los de la bandera de Los Estados Unidos, si bien el dibujo de grandes flores retomaba los vestidos de las alegres veladas del famoso club Tropicana de la primera mitad del siglo XX.

Michelle Obama, con un vestido de corte años 50, de falda con vuelo y manga a la sisa, hecho en el clásico algodón, no podía ir más en sintonía con el destino. Evitó llevar el protocolario abrigo o chaqueta a su llegada, algo que fue bienvenido por el hecho de tratarse de una ciudad del Caribe, ya que habitualmente en sus visitas a otros países lleva al menos manga media o larga, si no un ensemble de abrigo y vestido. Con la lluvia y ya en la ciudad, añadió a su atuendo una simple rebeca roja.

Sasha, de 14 años, hija menor de la pareja presidencial, lucía un vestido de punto de algodón negro con ribetes blancos de la marca Shoshanna, que utilizan Andie MacDowell, Eva Longoria o Lupita Nyong’o, y un estricto collar de cuero. Malia, de 17 años, escogió un romántico vestido de algodón con estampado de flores. Aunque las dos «niñas Obama» iban con falda corta, tanto su edad como el relajado «protocolo caribeño» hizo que ambos atuendos fuesen un éxito. Nada tenía que ver su estilismo con las muy criticadas faldas de solo una cuarta de largo que lucieron en la fiesta del «Perdón del Pavo», el día de Acción de Gracias de 2014.

Desprovistas de medias, las mujeres Obama, escogieron para su llegada a Cuba un calzado muy cómodo. Michelle, unas simples bailarinas, mientras que su hija Sasha llevó unas zapatillas de algodón y suela de goma blanca. Malia, que había llegado al aeropuerto de La Habana con unos zapatos de salón, los cambió con toda naturalidad por unas zapatillas de deporte blancas al haberse mojado su calzado en los charcos. El detalle se apreció por su naturalidad y por el gran interés que mostró en conocer a pie lugares simbólicos de la ciudad. A buen seguro que la actual tendencia de calzado deportivo se verá reforzada por este gesto tan sencillo como contundente de Malia Obama.

Barack Obama decidió vestir como de costumbre, con traje oscuro y corbata. Si bien en ocasiones se ha visto a los Castro -sobre todo a Raúl- recibir a mandatarios extranjeros o acudir a reuniones internacionales con la clásica guayabera blanca de bolsillos, para recibir a Obama en el Palacio de la Revolución, entre plantas exóticas y una decoración decadente, el dirigente cubano no dudó en enfundarse el tradicional traje masculino de Occidente. Toda una declaración de intenciones: las Obama adoptaron un relajado estilo tropical y Raúl Castro esperó a sus «eternos enemigos» vestido cual banquero de Wall Street. Esto promete.

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