La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, comparece ante la Asamblea Nacional REUTERS

La presidenta de Corea del Sur promete mano dura contra Kim Jong-un tras sus últimas provocaciones

Mientras Park Geun-hye cierra el polígono industrial de Kaesong, que ambos países cogestionaban en el Paralelo 38, Estados Unidos envía cuatro cazas F-22 invisibles al radar

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Sigue elevándose la tensión entre las dos Coreas tras el último ensayo nuclear del Norte y su posterior lanzamiento de un cohete, que puso en órbita un satélite pero podría ser la prueba encubierta de un misil de largo alcance. Ante estas provocaciones, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, ha prometido este martes mano dura contra el régimen del joven dictador Kim Jong-un.

En un discurso pronunciado ante la Asamblea Nacional, Park ha anunciado que «el Gobierno tomará medidas más duras y efectivas para hacer que Corea del Norte se dé cuenta amargamente de que no puede sobrevivir con su desarrollo nuclear, que solo acelerará el colapso del régimen». En su opinión, «está claro que no podemos quebrar la voluntad de Corea del Norte de desarrollar armas nucleares a través de los medios existentes y las buenas intenciones».

Por ese motivo, criticó que los surcoreanos llevaban muchos años «entumecidos» antes las amenazas del régimen estalinista de Pyongyang y aseguró que «es hora de encontrar una solución fundamental para conseguir un cambio práctico en Corea del Norte y mostrar valor llevando a cabo dicha acción». De lo contrario, advirtió, «si el tiempo pasa sin ningún cambio, el régimen de Kim Jong-un, que sigue acelerando sin frenos, podría desplegar un misil nuclear y nosotros sufriremos».

La presidenta Park continúa así endureciendo su discurso. Aunque en gran medida lo hace en clave electoralista, ya que Corea del Sur celebra comicios parlamentarios en abril, se ha propuesto dar un cambio de timón a la postura mantenida hasta ahora con Pyongyang. Para empezar, ha ordenado cerrar el polígono industrial que las dos Coreas gestionaban de forma conjunta en Kaesong, una ciudad del Norte en plena frontera del Paralelo 38. En dicho parque, 123 pequeñas y medianas empresas del Sur empleaban a 54.000 norcoreanos por unos sueldos de 150 dólares mensuales. Como dicho dinero, que suma unos 100 millones de dólares anuales, iba a parar casi íntegramente a las necesitadas arcas de Pyongyang, Park insistió en que ha servido para financiar el programa militar de Corea del Norte. «Se supone que la mayoría de los dólares que hemos pagado han sido transferidos al Partido de los Trabajadores, responsable del desarrollo nuclear y de misiles, en lugar de mejorar la vida de la gente corriente», señaló ante la Asamblea Nacional. Aunque el cierre del parque de Kaesong ha generado gran controversia en el Sur por afectar a sus empresas, Park indicó que es «solo el principio» y sugirió más medidas para anular los planes atómicos de Kim Jong-un.

Construido y operado por la multinacional Hyundai desde 2004, el polígono de Kaesong aparece como «víctima colateral» de esta última crisis entre las dos Coreas. Aunque el recinto ya estuvo cerrado entre abril y septiembre de 2013 tras otra escalada de la tensión, su clausura puede ser definitiva esta vez. El motivo es que el Gobierno de Seúl sospecha que el 70 por ciento del dinero inyectado en Kaesong ha ido a parar al programa nuclear norcoreano, pero el propio ministro para la Unificación del Sur, Hong Yong-pyo, cree que no hay «pruebas claras» de esta financiación.

Cierto o no, lejanos quedan los días de la «sunshine policy», política de acercamiento impulsada por el presidente surcoreano Kim Dae-jung, quien en junio de 2000 protagonizó una cubre histórica con el «Querido Líder» Kim Jong-il que permitió el nacimiento de dicho complejo industrial. Además, era el último ejemplo de colaboración entre las dos Coreas tras el cierre en 2008 del complejo turístico del monte Kumgang. Dicho recinto era explotado en el Norte por empresas surcoreanas, pero fue cerrado en 2008 después de que un soldado matara a una turista del país vecino cuando, según la versión oficial, traspasó el perímetro de seguridad.

Aviones estadounidenses

Como señal de fuerza ante Kim Jong-un, Estados Unidos enviará este miércoles a Corea del Sur cuatro cazas F-22 invisibles al radar, según informa la agencia Yonhap. Dichos aviones de combate se unen al bombardero B-25 desplegado tras el ensayo nuclear norcoreano del mes pasado, así como al submarino USS North Carolina. Además, el portaaviones nuclear USS John C. Stennis tiene previsto participar en las maniobras anuales con el Sur que empezarán el próximo mes.

A este despliegue hay que añadir el escudo antimisiles que Corea del Sur y EE.UU. discuten desplegar para protegerse de las amenazas de Kim Jong-un, al que se oponen China y Rusia porque podría anular también sus armas debido a la cercanía con sus territorios. El viceministro de Exteriores chino, Zhang Yesui, manifestó este martes la «oposición» de su país a este escudo en una reunión con su homólogo surcoreano, Lim Sung-nam. «Esperamos que ambas partes actúen con prudencia», confió Zhang. Aunque China ha prometido que Corea del Norte «pagará el precio» por el lanzamiento de su último cohete, su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU permite la supervivencia de Kim Jong-un pese a las sanciones internacionales, ya que no quiere un colapso del régimen que inunde su frontera de hambrientos refugiados.

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