El ultraderechista Geert Wilders reacciona a los ladridos de un perro, durante un acto de campaña este sábado en Valkenburg (Holanda)
El ultraderechista Geert Wilders reacciona a los ladridos de un perro, durante un acto de campaña este sábado en Valkenburg (Holanda) - Reuters

El populista Wilders aviva las llamas de la islamofobia

En su localidad natal, Venlo, se calcula que viven unos seis mil turcos y otros tantos marroquíes

Venlo (Holanda) Actualizado: Guardar
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De acuerdo con su biografía oficial, Geert Wilders nació en la ciudad holandesa de Venlo. Pero según a quien se le pregunte allí va a decir que en realidad es originario de Horsterberg, que es ahora un barrio a la otra orilla del río Mosa, donde todavía vive su familia, aunque él no venga casi nunca por aquí. Alemania está a unos metros y la frontera belga a unos kilómetros para sus 100.000 habitantes, entre los que se calcula que hay unos seis mil turcos y otros tantos marroquíes.

«Aquí en realidad no tenemos grandes problemas con los musulmanes», insisten en la tienda de productos bio frente a la que pasa de vez en cuando alguna mujer cubierta con el velo islámico montada en la preceptiva bicicleta.

Las encuestas han dicho siempre que Wilders tiene más fuerza de la que finalmente le conceden los electores, y al menos en su pueblo natal los únicos que reconocen que le van a votar son un grupo de jóvenes medio marginales cuyo único expediente académico es que les han expulsado del colegio por gamberros.

Se espera que, después de las elecciones, pasará bastante tiempo antes de que se pacte una mayoría

Wilders se ha beneficiado de un sistema electoral de circunscripción única que le permite aprovechar hasta el último voto a los partidos más estrafalarios que los holandeses han sido capaces de imaginar, contando además con el viento en popa de los sentimientos de los sectores de la población que se horrorizan de los efectos de la globalización, aunque Holanda sea un país cuyo florecimiento se deba precisamente a su vocación comercial y navegante.

Las encuestas prevén que sea uno de los partidos más votados, si no el más votado, pero para el portal especializado «Vote Wacht» la posibilidad de que solo haya una combinación que incluya al PVV de Wilders (Partido de la Libertad) es solamente la quinta opción tras otras cuatro de centro-derecha o centro-izquierda. Y aún es poco probable que fuera una coalición estable, porque estaría plagada de pequeños partidos con exigencias incompatibles con las de Wilders. Sin embargo, ese análisis se basaba en un puntual retroceso del PVV en las encuestas, justo antes de que se desarrollase el incidente diplomático con Turquía.

En todo caso, lo que todo el mundo espera en Holanda es que después de las elecciones pasará bastante tiempo antes de que se pacte una mayoría. Y puede que fuera por eso que el actual primer ministro, Mark Rutte, le pidió una reunión bilateral a Mariano Rajoy durante la última cumbre en Bruselas, porque el presidente del Gobierno español tiene una buena experiencia de como seguir gobernando el país estando en funciones, mientras los partidos de oposición se despellejan tratando de pactar una coalición estable.

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