La Policía belga sospecha que el marroquí Abdelhamid Abaaoud es el cerebro de los atentados de París

Está desaparecido desde que en enero se desmanteló una célula terrorista en Verviers de la que era cabecilla

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Los servicios de seguridad belgas sospechan que el marroquí de 28 años Abdelhamid Abaaoud, quien residió en la comuna (distrito) bruselense de Molenbeek y está desaparecido desde que en enero se desmanteló una célula terrorista de la que era cabecilla, podría ser el autor intelectual de los atentados de París.

Las investigaciones vinculan así la autoría de los atentados de París a una célula desmantelada el pasado enero en Verviers, de la que Abaaoud era el cabecilla, y apuntan a que planificó la matanza desde Siria, desde donde estuvo en contacto directo con los terroristas suicidas, informaron hoy los medios belgas.

Abdelhamid Abaaoud está en busca y captura desde que la policía belga desmanteló esta célula yihadista, que pretendía atentar en territorio belga, pocos días después del ataque terrorista al « Charlie Hebdo», y se le perdió la pista entonces.

Antes de partir a luchar en las filas del Estado Islámico en Siria, Abaaoud residió en Molenbeek, donde han sido detenidas siete personas y de donde procedían dos de los terroristas fallecidos en París, entre ellos Brahim Abdeslam, muerto al activar un dispositivo de explosivos en el bulevar Voltaire.Abdeslam y Abaaoud aparecen vinculados en varios archivos por la comisión de delitos criminales en Bruselas en 2010 y 2011.

También conocido por el seudónimo Abou Omar al-Baljiki, aparecía en un vídeo del Estado Islámico en el que se burla en cámara mientras conduce un vehículo que arrastra cadáveres mutilados a una fosa común. Fue condenado, en ausencia, a 20 años de cárcel en julio en Bruselas, en un proceso por reclutamiento de yihadistas belgas para Siria.

Fue portada de diarios belgas en 2014, después de la eliminaciónd e su propio hermano Younès, llevado a Siria cuando sólo tenía 13 años, que fue llamado «el yihadista más joven del mundo» por algunos medios. Su padre, Omar Abbaoud, sin contacto con sus dos hijos, forma parte de la acción civil contra su hijo mayor.

Pertrechados con material «sofisticado»

Cinco de los siete yihadistas suicidas que participaron en los atentados de París del pasado viernes han sido ya formalmente identificados, después de que la Fiscalía haya difundido este lunes el nombre de otros dos de ellos. El primero de esos dos es Samir, uno de los terroristas que actuó en el Estadio de Francia y que llevaba un pasaporte sirio a nombre de Ahmad Al Mohammad, nacido en la ciudad siria de Idleb el 10 de septiembre de 1990. La Fiscalía puntualizó en un comunicado que está pendiente de verificar la autenticidad de ese pasaporte, pero que las huellas tomadas a Al Mohammad corresponden con las de una persona que llevaba el documento y que fue objeto de un control de identidad en Grecia a comienzos de octubre.

Las autoridades griegas habían señalado el sábado que ese pasaporte fue registrado el 10 de octubre en la isla de Leros a un hombre al que se le tomaron las huellas dactilares en el campamento de acogida de refugiados que llegan desde Turquía.

El segundo es uno de los asaltantes de la sala de conciertos Bataclan, Samy Amimour, nacido el 15 de octubre de 1987 en París, y por el que Francia había emitido un mandato de arresto internacional por terrorismo. Esa orden de busca y captura se emitió cuando Amimour violó, en otoño de 2013, el control judicial que se le había impuesto después de que las autoridades abortaran un proyecto de viaje a Yemen, por que se le imputaron cargos por terrorismo. Samy Amimour tenía nacionalidad francesa, como los otros tres terroristas suicidas -de los siete que activaron sus chalecos de explosivos en los atentados del viernes- que ya habían sido identificados hasta ayer.

Las autoridades francesas han identificado también a Ibrahim Abdeslam, hermano del huido Salah, Bilal Hafdi, Samy Amimour ( el cual tenía una orden de arresto internacional), Ismail Omar Mostefai y Samir.

Un octavo participante en la matanza sigue huido. Salah Abdeslam se ha convertido en apenas unas horas en el hombre más buscado del planeta. Según las autoridades francesas, Salah participó en tareas logísticas y fue el responsable del alquiler del vehículo en el que los terroristas se trasladaron a la sala de fiestas Bataclan, escenario más sangriento de los atentados que provocaron al menos 131 muertes el pasado vierne en París. Aunque fue controlado en la frontera con Bélgica el pasado sábado junto a otros dos individuos, los aduaneros belgas les dejaron marchar y, desde entonces, se encuentran en paradero desconocido.

Los siete asaltantes fallecidos estaban pertrechados con material relativamente sofisticado, cuya manipulación parece poner de manifiesto la complicidad de otros terroristas, que jugaron un papel «técnico» en la preparación y formación de los autores materiales de los atentados. Los investigadores creen que estos «técnicos» también podrían estar en libertad. Se sabe, desde hace años, que la frontera belga es una de las encrucijadas del tráfico de armas que llega o transita por Francia.

Los servicios de seguridad de Francia y Bélgica trabajan muy estrechamente, sospechando una suerte de «vasos comunicantes» entre Bruselas y París, entre criminales musulmanes de nacionalidad belga y francesa. Todo parece sugerir que las primeras identificaciones, totales o parciales solo son la parte visible de un iceberg terrorista que tiene inquietantes y muy profundos tentáculos, no solo en Francia.

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