El presuno asesino de David Bernat, Artur Segrara, detenido en Tailandia
El presuno asesino de David Bernat, Artur Segrara, detenido en Tailandia - EFE

L'Albi llora a David Bernat, su hijo pródigo

Tras recorrer el planeta, el ingeniero asesinado en Bagkok, David Bernat, planeaba vivir más tiempo en su pueblo natal

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La pequeña población de L’Albi (Lérida), de 850 habitantes, despidió a David Bernat, el consultor catalán asesinado en Bangkok, en un funeral celebrado el pasado sábado. El párroco era una amigo de la víctima y ante él lloraban decenas de familiares, más amigos y vecinos. Los restos de David, cuyo cadáver apareció hace unos días descuartizado en varios tramos del río que cruza la capital tailandesa, el Chao Praya, siguen sin descansar en su patria chica a la espera de que la policía tailandesa concluya la investigación del asesinato y acceda a repatriarlos. Por ahora, el principal sospechoso del homicidio, el catalán Artur Segarra, ya ha sido detenido y afrontará un juicio en un país donde hay pena de muerte.

Aunque a menudo no se aplica.

«Nosotros sólo pedimos justicia y si él fue quién lo hizo, que pague. No decimos nada más», explicaba ayer a ABC una persona del entorno de la familia de David. Un amigo.

David Bernat tenía 39 años, una fulgurante e internacional carrera como ingeniero y consultor en telecomunicaciones y un objetivo a corto plazo: trabajar menos y poder vivir más tiempo en su pueblo natal, al que acudía tantas veces como se lo permitía un trabajo que le había llevado a Sudamérica, Filipinas, Singapur, Tailandia e Irán. Quizás en L’Albí habría formado familia y habría tenido los hijos que ya nunca tendrá.

Bernat llevaba cinco años viviendo en Bangkok, aunque cada 15 días viajaba a Teherán

David se estaba reformando la casa de sus abuelos en su pueblo. En sus viajes a Cataluña –el último, en las pasadas Navidades; el próximo, tenía que ser mañana– , andaba ajetreado con las obras. Su último lugar de residencia fijo era Bangkok, donde llevaba viviendo los últimos cinco años, aunque cada quince días se desplazaba a Teherán tras ser contratado por una empresa de telefonía. El pasado 22 de enero se le esperaba en Teherán y ya no acudió. Una alarma que se encendió entre sus compañeros de trabajo, de ahí a la familia, a los Mossos, al consulado y a la policía tailandesa.

«Con la familia se comunicaba muy a menudo con Skype, por teléfono y por Whatsapp», explican desde su entorno. Sus padres viven en L’Albi y su hermana, de 30 años y también ingeniera, le seguía sus pasos conquistando tierra y futuro. Trabaja para una multinacional en Londres.

Los Bernat son una familia humilde, trabajadora. Los abuelos laboraban en el campo, en un Albi que vive de la agricultura, la ganadería y los servicios. No hay ninguna gran industria que lo alimente.

La madre de David regenta un estanco en el pueblo donde, además de tabaco, se puede comprar zapatos, pequeños electrodomésticos... y hasta hace poco también el periódico. Su padre, ya jubilado, trabajó de cobrador de peajes para la concesionaria de autopistas Abertis. Los dos estaban muy satisfechos de ver cómo sus dos hijos habían sabido aprovechar los estudios y salir a ganarse bien la vida por todo el mundo.

Una gran carrera

El currículum de David apabulla. Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidad La Salle de Barcelona, máster en administración de empresas por la escuela IESE y por la escuela de negocios Berkely Hass, de California. Trabajó por varios países de Asia en renombradas consultoras como Roland Berger, Globe Telecom o «The Boston Consulting». En la actualidad, ejercía de consultor autónomo.

En sus visitas a L’Albi, David hablaba de trabajo, de Bangkok. «Nos hablaba de gente que conocía de allí, aunque la verdad es que nunca oímos el nombre de Artur», explica un amigo. De Artur Segarra, su presunto asesino. Un español, también catalán, que se instaló en Bangkok para eludir a la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, que le buscaban por estafar a casi un centenar de ancianos a los que compraban sus casas a cambio de una renta vitalicia que nunca les pagaron.

Segarra ha declarado a la policía tailandesa que conocía a David, pero niega que le matara

Segarra ha declarado a la policía tailandesa que conocía a David, pero niega que le matara. En sus declaraciones, desliza el nombre de otro «David», supuesto socio suyo, que ya ha pasado a ser sospechoso. El móvil del atroz crimen fue económico. Al poco de desaparecer Bernat, el pasado 19 de enero, su presunto asesino recibió en sus cuentas varias transferencias de dinero –hasta 900.000 euros– que provenían de cuenas de la víctima.

La comunidad española en Bangkoka es muy reducida y confluye en locales de moda, como la discoteca Climax. En estos encuentros casuales pudo Artur saber de David. De su vida. Directamente o por terceros. Y de eso, a darle caza. «No creo que David se hiciera amigo de un tipo como Artur Segarra, por lo que he leído de él. David era muy listo: seguro que le habría mantenido las distancias», explica a ABC un amigo de la víctima.

No se saben aún todos los detalles del asesinato, aunque la policía tailandesa cree que Artur actuó solo al menos a la hora de matar por asfixia, descuartizar y arrojar los restos de David al río. No sin antes arrancarle la información sobre sus cuentas. Luego, se quedó con su dinero, quizás con la ayuda de otros.

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