«Italia ya no es el problema de Europa», asegura Matteo Renzi

El Gobierno italiano pierde impulso en sus reformas. A esta afirmación que expresan muchos analistas, el primer ministro respondió con su optimismo habitual, haciendo este balance de sus dos años de gobierno, que se cumplieron justamente ayer: «Italia ha dejado de ser el problema de Europa, es fuerte y sólida. Hay todavía muchas cosas por hacer, pero yo tengo el hambre del primer día y las mismas ganas de continuar», manifestó Renzi en una rueda de prensa con periodistas extranjeros. Todo un mensaje de autocelebración. Pero, si bien es cierto que hay luces en su gestión, porque ha logrado algunas reformas importantes, también hay muchas sombras pues faltan muchas reformas por hacer.

Con grandes promesas de cambio comenzó Matteo Renzi su mandato, al que llegó no por las urnas, sino derribando en una maniobra palaciega a su antecesor, Enrico Letta.

Tras la ola de optimismo inicial, hoy el panorama es sombrío, porque Italia sigue teniendo graves problemas. El país crece la mitad que la media europea: el Producto Interior Bruto solo alcanzó el 0,6% en el 2015, con el agravante de que el PIB camina hacia atrás como el cangrejo, con una décima menos en cada trimestre, desde el 0,4 % al inicio del 2015 al 0,1 % en el cuarto trimestre. La OCDE señaló el pasado viernes que Italia crecerá en el 2016 solo un 1%. Italia necesitará al menos un decenio solo para volver a la riqueza que tenía antes de la crisis.

Duros ataques a la UE

Renzi ha lanzado duros ataques en los últimos tiempos al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; a la canciller alemana, Angela Merkel; y a la burocracia de Bruselas, por considerarlos responsables del estancamiento que sufre Europa, al imponer una política de rigor y austeridad en lugar de una mayor flexibilidad. Matteo Renzi pretende aumentar su margen de maniobra en Italia, robándole protagonismo al Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Grillo y a la Liga Norte de Matteo Salvini, siempre críticos con la UE.