Un grupo de refugiados, tras desembarcar en el puerto griego del Pireo
Un grupo de refugiados, tras desembarcar en el puerto griego del Pireo - REUTERS

Hungría, Chipre y Eslovaquia, perjudicados por el preacuerdo de la UE y Turquía

Consideran que las condiciones impuestas por Ankara debilitan sus posiciones

ENVIADO ESPECIAL A ESTRASBURGO Actualizado: Guardar
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La propuesta de acuerdo que Turquía ha puesto sobre la mesa para hacerse cargo de contener la avalancha de refugiados de guerra sirios está lejos de ser una píldora fácil de digerir para varios países. Unos, como Hungría, porque dan por hecho que una vez puesto en marcha el mecanismo, no podrán seguir oponiéndose a aceptar la llegada de demandantes de asilo. Otros, como Chipre, porque han visto que algunas de las condiciones políticas impuestas por Ankara para acelerar el proceso de adhesión están pensadas para debilitar sus posiciones en un delicadísimo proceso que esperan que les lleve a la reunificación de la isla, ahora dividida. Y, en todo caso, la idea de que la Comisión acepte conceder el derecho a viajar a la UE sin visado a los ciudadanos de un país de 75 millones de habitantes obliga a preguntarse si no se abre la puerta a una fuente de problemas potenciales aún más compleja.

En el otro lado de la balanza está la propia canciller Angela Merkel, que este fin de semana tiene varias elecciones regionales y que está urgentemente interesada en mostrar que es capaz de encauzar un problema que representa en estos momentos la principal fuente de inquietud para los alemanes. Mejor que haber salido sin un acuerdo de la cumbre extraordinaria del lunes ha sido poder mostrar que hay un «principio de acuerdo» que no se sabe si será ratificado o no en la próxima reunión de jefes de Estado o de Gobierno del próximo día 17.

En la propia Comisión Europea saben por experiencia propia que en las negociaciones con Turquía, cualquier precaución es poca, pero se agarran a la utilidad práctica que esperan de esta fórmula si se llega a ratificar y se dan de plazo hasta final de año para restablecer la normalidad en las fronteras.

En el caso de Chipre, su disgusto con la propuesta se debe a que una de las contrapartidas que exige Ankara es que se abran cinco nuevos capítulos de las negociaciones de adhesión, entre ellas las que afectan al principal contencioso con Nicosia. Chipre ha vetado desde hace años la apertura de esos capítulos porque Turquía niega el acceso de sus barcos a sus puertos, violando las reglas del tratado de libre comercio con la UE. Aunque el Gobierno chipriota niega que haya una relación directa con la crisis de los refugiados, asegura que «no vemos ningún progreso por parte de Turquía» en la cuestión del acceso a los puertos turcos, por lo que en principio piensan mantener su oposición.

La oposición de Orban

Más directamente, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha dicho que se «opone claramente» a la propuesta de que por cada sirio que readmita Turquía desde las islas griegas, otro sirio sea reubicado legalmente desde Turquía en uno de los Estados miembros, porque es algo «difícil» de llevar a cabo.

Hungría y Eslovaquia son los dos países que han denunciado ante el Tribunal Europeo de Justicia la decisión de reubicar y repartir obligatoriamente a los refugiados. Al salir de la cumbre extraordinaria del lunes, Orban recordó que los dos países se oponen a esta propuesta, aun después de que la declaración final dejaba claro que una de sus aspiraciones, el cierre a los demandantes de asilo de la ruta de los Balcanes, se da por hecha.

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