Theresa May, entre Alexis Tsipras (d) y su homólogo luxemburgués, Xavier Bettel (i) , al comienzo de la cumbre de jefes de Estado de la UE, este jueves en Bruselas
Theresa May, entre Alexis Tsipras (d) y su homólogo luxemburgués, Xavier Bettel (i) , al comienzo de la cumbre de jefes de Estado de la UE, este jueves en Bruselas - EFE

Los socios europeos advierten a May de que un Brexit duro envenenará la negociación

La región belga de Valonia aguanta hasta el final el bloqueo al tratado con Canadá

Corresponsal en Bruselas Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En el primer Consejo Europeo al que asistía la primera ministra británica Theresa May era inevitable que se hablase del Brexit aunque no estuviera ni directa ni indirectamente en el orden del día de esta reunión programada para ser de mero trámite. La británica llegó a Bruselas con un mensaje simbólicamente conciliador, diciendo que sus planes son que el reino Unido y la UE seguirán siendo socios muy próximos aún después de su salida del club comunitario. En realidad, la británica venía con intención de pulsar la opinión de los demás países antes de desvelar plenamente sus planes sobre la negociación.

Sin embargo, si May esperaba encontrar un terreno abonado para encontrar fracturas entre los que todavía son socios, el resultado ha debido ser decepcionante para ella.

Una de las pocas buenas consecuencias del referéndum británico está siendo el cierre de filas de sus socios continentales, que han encontrado en el riesgo de que se produzcan contagios, un argumento inesperado para restar importancia a sus divergencias en otros campos, como la inmigración, las posibles sanciones a Rusia o los acuerdos comerciales con Canadá y EE.UU.

En este último capítulo la región belga de Valonia –ni siquiera un país miembro, una región– mantuvo en vilo a los reunidos y al Gobierno canadiense para saber si puede celebrarse la reunión la semana que viene para firmar el nuevo tratado. Muchos de los presidentes reunidos no sabían siquiera que existía la susodicha región de Valonia con competencias en comercio exterior y capacidad de bloquear una decisión tomada por toda la UE.

«Seremos un socio fuerte y fiable», manifestó una conciliadora Theresa May

May entró en edificio «Justius Lipsius» donde se celebran las cumbres diciendo que traía «un mensaje muy claro: el Reino Unido saldrá de la UE pero vamos a seguir jugando plenamente nuestro papel hasta que nos vayamos». Y entonces, cuando se produzca el divorcio, «seremos un socio fuerte y fiable».

El presidente del Consejo, el polaco Donald Tusk, había dicho esta semana que no veía más que «dos opciones: o un Brexit duro o un no Brexit». Es decir, que consideraba inevitable un proceso tormentoso si Londres insiste en defender sus posiciones sobre limites a la libre circulación de personas, y que si quiere acceso al mercado único nada tendría que cambiar. La consecuencia es que cualquier opción de estar fuera de la Unión sería peor que la situación actual, en la que al menos participan en la toma de decisiones.

Este jueves, sin embargo, Tusk se quiso mostrar muy amable con la recién llegada y dijo que estaba «feliz de acogerla» y que se encargaría de hacer que se sintiese confortable en la reunión. «Algunos han dicho que para ella es como venir al foso de los leones, pero yo creo que es un nido de palomas. No le pasará nada, al revés, nos encargaremos de que entienda que en la UE tiene la mejor compañía que puede haber en el mundo».

«Si Theresa May quiere un Brexit duro, tendrá una negociación dura»
François Hollande

Pero ese lenguaje conciliador no puede ocultar que los demás socios mantienen una posición muy firme sobre los aspectos esenciales de la negociación. El presidente francés, François Hollande, advirtió a May de que «si quiere un Brexit duro, tendrá una negociación dura». Y por ahora todos los socios se mantienen firmes en la posición de no negociar nada, ni siquiera de forma preliminar, hasta que los británicos no hayan activado el artículo 50 del Tratado para iniciar la cuenta atrás hacia la ruptura. Los británicos quisieran saber a qué atenerse antes de empezar el proceso que teóricamente es irreversible y entre los continentales se está extendiendo la certidumbre de que cuanto antes suceda mejor.

Los británicos quisieran saber a qué atenerse antes de empezar el proceso que teóricamente es irreversible y entre los continentales se está extendiendo la certeza de que cuanto antes suceda mejor, ya que en este periodo de incertidumbre en Bruselas el ambiente es denso a la vista de que el «riesgo de desintegración» de la UE se ve como algo real, según reconoció sin ambages hasta el propio presidente de la Eurocámara, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, que asiste tradicionalmente a la primera parte de las cumbres.

Y en este enrarecido ambiente, lo único que quedó cerrado este jueves ha sido el acuerdo para potenciar el retorno a sus países de origen de inmigrantes en situación irregular y reforzar el control de la frontera exterior europea para contener el flujo migratorio. En la declaración pactada este jueves los todavía Veintiocho reconocen que «hacen falta mayores esfuerzos para reducir la llegada de inmigrantes de forma irregular», sobre todo desde África, y para «mejorar los índices de retorno». La apuesta sigue siendo seguir avanzando en los acuerdos con terceros países considerados de origen o tránsito con el objetivo de afianzar pactos que agilicen las deportaciones. Para ello, señalan que la UE debe utilizar «todas las políticas, instrumentos y herramientas» a su disposición, como la ayuda al desarrollo y el comercio.

Acuerdos de inmigración

En esta línea se hacen eco de los progresos del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea para pactar los primeras cinco acuerdos de este tipo con Níger, Nigeria, Mali, Senegal y Etiopía. El cambio de la orientación política europea es extraordinario, teniendo en cuenta que no solo se ignora el hecho de que algunos de los gobiernos de estos países están actuando de forma poco ortodoxa o en casos extremos como en Etiopía, llevando al país al borde de la guerra civil a base de de reprimir las críticas y el descontento de la población. La respuesta por ahora no es otra que la de aplicar una mayor firmeza en las fronteras exteriores.

Ver los comentarios