Retirada del cuerpo del ultraortodoxo israelí Simcha Hodedtov, muerto a tiros en Jerusalén
Retirada del cuerpo del ultraortodoxo israelí Simcha Hodedtov, muerto a tiros en Jerusalén - AFP
Conflicto palestino-israelí

La guerra contra el terrorismo, más allá del diccionario

El uso del término «terrorista», sin definición consensuada, sigue empleándose de manera propagandística

Madrid Actualizado: Guardar
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Vivimos rodeados de los términos terrorismo y terrorista. A diario los escuchamos en boca de los políticos, se emplea sin freno en los medios de comunicación y las redes sociales. Pero ¿quién es un terrorista? Su definición sigue sin estar aceptada por todos y su uso resulta con frecuencia propagandístico. Nos sirve de ejemplo un caso ocurrido hace diez días en medio de la espiral de violencia que rodea el conflicto palestino-israelí, pero el dudoso empleo del término ocurre en todo el mundo.

Agentes israelíes mataron a tiros a un hombre durante un altercado en Jerusalén el pasado 21 de octubre cerca de la estación de autobuses. No se puso en duda que era un «terrorista» palestino. La sorpresa llegó cuando comprobaron que el muerto no solo era israelí sino que, además, era judío residente en Jerusalén.

En ese momento, sin importar qué acción o ataque hubiera llevado a cabo, Simcha Hodedtov, un ultraortodoxo de 28 años, dejó de ser un terrorista y pasó a ser una víctima más.

«Es una ironía de la ocupación. Un ocupante mata a otro ocupante pensando que se trata de un ocupado», señala Haizam Amirah-Fernández, analista del Real Instituto Elcano. «La apariencia física es un factor determinante» en el conflicto y «si fuera rubio de ojos claros muy probablemente no le habrían disparado», añade recordando también la reciente muerte de un eritreo a tiros y golpes.

El comportamiento «errático» del hombre, que dijo a gritos «¡Soy del Estado Islámico!» llevó a agentes privados y militares a disparar varias veces sobre él, según el testimonio de un portavoz policial citado por el diario israelí «Jerusalem Post». Ese mismo periódico cita a Yehuda Meshi Zahav, responsable de Zaca, los servicios de emergencia judíos, que llegó poco después al lugar de los hechos.

«Todo apuntaba a otro ataque terrorista como otros, un intento de apuñalamiento, y el terrorista había sido interceptado». «Quise cubrir el cuerpo con una bolsa negra (reservada a terroristas). Pero al hacerme cargo comprobé que era un judío y era un error hablar de él como un terrorista. Inmediatamente se lo transmití a la Policía y cambiamos la bolsa por otra blanca de Zaca», añadió Yehuda Meshi Zahav al «Jerusalem Post».

La definición de terrorismo aparece con tres acepciones en el diccionario de la Real Academia Española, pero eso no impide que el término esté prostituido de tal manera que llegar a acuerdos para combatirlo en el ámbito internacional sea casi imposible. El abogado y periodista Glenn Greenwald, que sacó a la luz el caso de Edward Snowden, lleva años reflexionando sobre ello. Afirma que estamos ante «la palabra peor definida y más manipulada». «Se emplea prácticamente para todo aquello que se quiere demonizar», asegura Greenwald. «No hay una definición internacionalmente aceptada», añade Amirah-Fernández, y «el que para unos es un terrorista para otros es un luchador por la libertad».

Remi Brulin, profesor de la Universidad de Nueva York y que también ha abordado el asunto en profundidad, alertó desde su cuenta de la red social Twitter de lo ocurrido el 21 de octubre con el atacante muerto en Jerusalén y la forma en que aparece publicado en el «Jerusalem Post». «Jpost: la ilustración perfecta de cómo el término “terrorista” es puramente propagandístico y nada tiene que ver con la naturaleza del acto cometido», decía su tuit, que añadía un «pantallazo» de los polémicos párrafos publicados por ese periódico.

El problema en un conflicto en el que tanto se miden las palabras no es únicamente terminológico. El embajador palestino en Madrid, Musa Amer Odeh, se queja de la doble vara de medir para las víctimas y los atacantes de uno y otro lado. Casi con toda seguridad, las autoridades de Israel habrían destruido la casa de Simcha Hodedtov, el muerto a tiros el 21 de octubre en Jerusalén, si no hubiera sido judío. Así suelen hacerlo con los palestinos.

El embajador recuerda el ataque llevado a cabo por colonos el verano pasado contra una familia palestina en Cisjordania. Arrojaron cócteles molotov en su casa y el fuego mató al padre, al bebé de año y medio y dejó gravemente herida a la madre y a otro hijo de cuatro años. La crueldad del ataque llevó al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a calificarlo de «acto terrorista», pero sus autores, los colonos israelíes, se encuentran en libertad y su vivienda intacta, se queja Musa Amer Odeh.

Hermanos musulmanes, todos «terroristas»

Haciendo referencia a los ataques ocurridos en Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, el sociólogo José María Tortosa destaca que los muertos por ataques yihadistas representan la mitad que los efectuados por «domésticos», casi siempre de extrema derecha. «En los Estados Unidos se suele reservar la palabra terrorista para los yihadistas y se evita para la extrema derecha cuyo terrorismo, allí, es mucho más letal que el de los yihadistas. Tal vez se evitarían esos equívocos reservando la palabra terrorista para determinado tipo de acto (incluso si es un Estado el que lo practica), pero no para las personas», comenta a ABC.

«Peor es el caso de Israel, -añade el sociólogo en su blog- donde el comportamiento de una persona es tildado de terrorista mientras se piensa que es un palestino y cuya calificación se borra cuando se ve que es un judío», ha escrito en referencia a lo ocurrido junto a la estación de autobuses de Jerusalén.

«Hoy en Oriente Medio hay una saturación del uso del término terrorista y se ha desvirtuado. Se usa como arma por parte de todos con fines de justificar o legitimar medidas concretas», añade el analista de Elcano. Sin ir más lejos, se refiere a lo ocurrido en Egipto tras el golpe de estado del general Abdelfatah al Sisi contra el Gobierno de los islamistas Hermanos Musulmanes. Así, por orden de Sisi, «todos los hermanos musulmanes son ahora terroristas», comenta Amirah-Fernández.

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