Varias mujeres participan en la protesta convocada contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en Estambul,
Varias mujeres participan en la protesta convocada contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en Estambul, - EFE

Erdogán: cabeza fría, lengua caliente

El presidente de Turquía se ha labrado fama de orador polémico al amenazar a periodistas, denunciar conspiraciones internacionales o cuestionar la historiografía oficial

CORRESPONSAL EN ESTAMBUL Actualizado: Guardar
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Pocas cosas hay que definan mejor al presidente turco que su retórica. Durante los 14 años que lleva en la primera línea política, casi se cuentan con los dedos de una mano las veces que Recep Tayyip Erdogan se ha subido a una tribuna y ha dejado indiferente a alguien. La indignación desatada tras decir recientemente que las mujeres sin hijos son «incompletas» sin importar «el éxito que tengan en el mundo empresarial» no es más que la última reacción a una larga lista de polémicas.

A veces agresivo, a menudo conspiranoico, cuesta saber si Erdogan prepara a conciencia sus numerosas intervenciones públicas o si su artillería verbal se dispara involuntariamente. Los resultados prácticos en la arena política y su dominio de los equilibrios (y desequilibrios) de la sociedad turca sugieren que más bien se trata de una cabeza fría con lengua caliente.

El año pasado, por ejemplo, Erdogan amenazó al periodista Can Dündar con pagar «un alto precio» después de que este publicara un vídeo en el que se mostraba cómo agentes del servicio de inteligencia turco conducían un camión con armas a Siria. Tras el juicio, Dündar fue, efectivamente, condenado a cinco años de cárcel por «revelación de secretos de Estado».

Críticas a Turquía

Erdogan también cree que los países que critican a Turquía lo hacen por envidia. En mitad de una tensión creciente con la Unión Europea y Estados Unidos, que acusan a Turquía de mayor autoritarismo y de concentración de poder, todavía extraoficial, en manos de su presidente, Erdogan se preguntaba «¿por qué Occidente está celoso de nosotros?» para responderse a sí mismo señalando como motivo las grandes infraestructuras del país: la presa de Yusufeli, el tercer puente sobre el Bósforo y el metro que conecta las partes asiática y europea de Estambul.

La crisis de los refugiados es uno de las razones que han acercado a Ankara y Bruselas durante los últimos meses, aunque en este asunto Erdogan tampoco dejó pasar la oportunidad de dejar su sello personal. En unas declaraciones recogidas por el portal de noticias griego «euro2day» y no desmentidas por presidencia, el mandatario turco amenazó a las autoridades europeas con «abrir las puertas de Grecia y Bulgaria y poner a los refugiados en autobuses [con dirección a Europa]».

Sin duda, uno de los asuntos que más enfadan a Erdogan es el mundo virtual. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), le citó en 2014 diciendo que estaba «cada día más en contra de internet» durante una reunión con una delegación por la libertad de prensa. Sin embargo, son las redes sociales las que acumulan su odio, especialmente la del pajarito azul. «Erradicaremos Twitter. No me importa lo que diga la comunidad internacional. Todo el mundo será testigo del poder de la República de Turquía», dijo ese mismo año. Además Erdogan acuñó el término del «lobby del robot», al que acusaba de atacar al Gobierno turco a través de mensajes de Twitter.

También en 2014, el líder islamista sorprendió a propios y extraños al decir que los verdaderos descubridores del continente americano fueron musulmanes. «Los contactos entre América latina y el islam se remontan al siglo XII. Los musulmanes descubrieron América en 1178, no Cristóbal Colón». El presidente turco apoyó su declaración en un polémico artículo del historiador Youssef Mroueh, que fue refutado por sus colegas unánimemente.

En cuanto a su postura sobre los derechos de la mujer, Erdogan no es la primera vez que hace comentarios polémicos, pues ya con anterioridad apuntó a «la delicada naturaleza» de las mujeres, para decir que estas no son iguales a los hombres. «Algunas personas pueden entender esto, mientras que otras no. No se puede explicar a las feministas por que no aceptan el concepto de la maternidad».

En este campo en particular, Recep Tayyip Erdogan no ha estado solo en sus comentarios controvertidos. Hace pocos meses, su mujer, Emine Erdogan, defendió el harén como posible «fuente de inspiración» para la educación de las mujeres en la actualidad.

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