Portada del semanario Época, que comenzó a circular hoy, sábado 17 de junio de 2017, con una entrevista del empresario Joesley Batista
Portada del semanario Época, que comenzó a circular hoy, sábado 17 de junio de 2017, con una entrevista del empresario Joesley Batista - EFE

El empresario que denunció al presidente Temer le acusa de ser el jefe de la mayor mafia de Brasil

Joesley Batista, testigo clave en la investigación de la trama de corrupción «Lava Jato», asegura que el gobierno brasileño le pedían sobornos durante unas negociaciones, mientras que el mandatario brasileño atribuye las acusaciones a un negocio frustrado

MADRID Actualizado: Guardar
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El empresario brasileño Joesley Batista, testigo clave en la investigación de la trama de corrupción «Lava Jato», ha acusado al presidente brasileño, Michel Temer, de liderar «la mayor y más peligrosa organización criminal» del país.

Batista ha explicado en una entrevista con la revista brasileña «Época» la relación que mantenía con Temer, cómo este y su partido político (PMDB) le pedían sobornos durante las negociaciones para los pagos a favor del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha cuando este estaba ya en la cárcel.

«Esa es la organización criminal más grande y peligrosa de este país. Lidreada por el presidente», ha señalado. «Temer es el jefe de la organización criminal de la Cámara (...). Quien no está preso, está en Planalto», ha asegurado en referencia al palacio presidencial brasileño.

Sus relaciones con Temer, ha revelado, comenzaron en 2009 o 2010 a través del exministro Wagner Rossi y desde entonces se ha relacionado con él de forma «institucional» como alguien capaz de «resolver problemas» para sus negocios.

«Él me veía como un empresario para financiar sus campañas y llevar a cabo esquemas que le darían beneficios, pero yo seguía teniendo acceso total a él«, ha asegurado. La primera vez que le pidió dinero fue en 2010, pro se repitió la situación en 2012 o 2014, hasta que le pidió 300.000 reales (más de 81.000 euros) para hacer campaña en internet en favor suyo durante el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff.

El jefe del Ministerio Público se basa en la delación de Batista, propietario de JBS, la mayor productora de carne del mundo, según la cual Temer ordenó pagar al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha y a su entorno, incluso una vez que éste entró en prisión, para garantizar su «silencio». El testimonio de Batista está respaldado por las grabaciones de las conversaciones que tuvo con Temer, cuyos audios y transcripciones han sido difundidos. A pesar de ello, Temer ha dicho que no dimitirá. La oposición ya ha pedido un «impeachment» o juicio político.

Por su parte, el presidente brasileño, Michel Temer, atribuyó las acusaciones de Batista, que llamó al mandatario «jefe de la mayor y más peligrosa organización criminal» de Brasil, a una represalia por medidas de su Gobierno que frustraron un negocio del acusador.

Temer, en un comunicado divulgado por la Presidencia, afirmó que la decisión de su Gobierno de impedir que Batista trasladara a Irlanda el domicilio fiscal del gigante cárnico JBS le causó millonarias pérdidas al empresario y le impidió evadir la Justicia brasileña. «Tenían millones de razones para odiar al presidente y a su Gobierno», afirmó el gobernante en su comunicado al atribuir todas las acusaciones a una represalia.

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