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Refugiados en el infierno griego de Idomeni - REUTERS

Crecen las críticas al plan de Turquía para cerrar la crisis de refugiados

Muchos consideran que es un «cheque en blanco» para Ankara, mientras la ONU y las ONG no confían en el régimen turco

- Enviado especial a Estrasburgo Actualizado: Guardar
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Filippo Grandi, el alto comisario de la ONU para los refugiados, considera que los términos del acuerdo que la Unión Europea pretende firmar con Turquía son preocupantes, porque podrían chocar con los principios de derecho internacional. En una intervención ante el Parlamento Europeo ayer por la mañana, Grandi dijo que le preocupa «profundamente» que sea un acuerdo «que implique la devolución indiscriminada de la gente de un país a otro sin detallar las garantías de protección de los refugiados que establece el derecho internacional». De hecho, la idea de hacer de Turquía el encargado de administrar el destino de los refugiados a cambio de dinero, en los términos que se pusieron sobre la mesa en la cumbre entre la UE y este país, no ha disipado las inquietudes en distintos sectores políticos y en organizaciones humanitarias, que no confían en el régimen turco.

Aunque el comisario de Interior, Dimitris Avramopoulus, prometió que todas las expulsiones se harán «de acuerdo con las leyes europeas» y que el objetivo es restablecer la vigencia del tratado de Schengen «y sus valores simbólicos» volviendo a hacer efectivas las fronteras exteriores, no todos los grupos están convencidos de la conveniencia de hacerlo a través de esta fórmula. De hecho, el hemiciclo de Estrasburgo se llenó de reproches a una propuesta que muchos interpretan como «un cheque en blanco» al régimen de Erdogan. Por ahora, solo el grupo popular europeo, cuyo presidente Manfred Weber dijo que con esta gestión "estamos a dos dedos de una solución sostenible" para el problema de los refugiados, apoya sin fisuras la propuesta. Sin embargo, su colega del grupo socialista, Gianni Pittella, dijo que «la falta de un acuerdo concreto en la reunión con Turquía no puede considerarse un éxito» y que en todo caso, la fórmula que se adopte finalmente la semana que viene «debe basarse en la cooperación y no en el mero mercadeo de favores entre Europa y Turquía porque «se trata de seres humanos».

La idea de la propuesta pactada en la cumbre es que Turquía acepte a todos los demandantes de protección que le sean devueltos desde Grecia porque han llegado por canales irregulares, a cambio de que la UE acepte el mismo número de refugiados registrados por vías legales desde Turquía. Para el copresidente del grupo de Los Verdes, Philippe Lamberts, con esta idea "nos hemos metido nosotros mismos en un callejón sin salida" y Europa «se ha humillado ante Erdogan» por no haber sido capaz de resolver por sus propios medios el problema que supone la llegada masiva de refugiados. Para el líder de los liberales, Guy Verhofstadt, no deberíamos «vender nuestra alma al diablo, en referencia a la dependencia de Turquía». Incluso Weber consideró que el régimen de Ankara «camina ahora en la mala dirección, alejándose de los principios y valores europeos en materia de separación de poderes o de libertad de expresión» y advirtió que aunque el acuerdo con Turquía puede ser positivo, por lo que respecta a la concesión a los turcos del derecho a entrar en la UE sin visado «este Parlamento mantendrá su independencia» a la hora de votar si lo acepta o no.

Medidas para las mujeres

Durante la reunión con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, los líderes europeos sopesaron la idea de un acuerdo para que los que huyen de la guerra civil siria sean clasificados en Turquía, con ayuda del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, y distribuidos entre los países europeos; mientras que los que lleguen por vías irregulares podrán ser devueltos. A cambio, Turquía exige el pago de hasta 6.000 millones, la concesión de la exención de visado y la apertura de cinco capítulos en las negociaciones de adhesión, incluyendo algunos cuyo contenido pasa por encima del delicado proceso de negociaciones sobre la reunificación de Chipre. Los líderes europeos volverán a reunirse los días 17 y 18 de marzo para adoptar su decisión definitiva.

El debate sobre la cuestión de los refugiados fue abordado ayer en varias ocasiones en el Parlamento Europeo. Dado que era el día Internacional de la Mujer, Grandi aprovechó para recordar que el 55% de las personas que han llegado a Grecia huyendo de la guerra son mujeres y que están expuestas a formas particulares de violencia, por lo que recordó que es necesario que se tomen medidas específicas para protegerlas. El Parlamento aprobó por 388 votos un informe en el que se pide especial atención para las solicitantes de asilo, redactado por la laborista británica Mary Honeyball.

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