La Carta Democrática, último desencuentro entre la Venezuela chavista y la OEA

El régimen bolivariano siempre ha vsto a la organización como subordinada a los Estados Unidos y, ya desde la época de Chávez, foros regionales alternativos

MADRID Actualizado: Guardar
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La activación de la denominada Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos es el último episodio de los desencuentros entre la Venezuela chavista y institución internacional. El secretario general de esa organización, Luis Almagro, convocó una reunión de urgencia para decidir si se inicia o no un procedimiento sancionador que podría desembocar en la suspensión de la pertenencia de la República Bolivariana.

Almagro cree que en Venezuela se ha subvertido la democracia y es por eso por lo que ha dado un paso que le ha granjeado las descalificaciones de Nicolás Maduro, que lo acusó de ser un agente de la CIA. Almagro llamó a Maduro «dictadorzuelo» y «traidor».

Los desencuentros entre Caracas y la OEA empezaron ya en vida de Hugo Chávez, que fue creando una red de foros internacionales alternativos a uno del que temía que estaba bajo control directo de los Estados Unidos.

Chávez impulsó la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe ( Celac), de la que no forma parte EE.UU.

El papel de la CIDH

El líder de la revolución bolivariana nunca perdonó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el tribunal de la OEA, que no tomara cartas en el asunto tras el golpe que lo apartó temporalmente del poder en el año 2002. Cuando la CIDH incluyó a Venezuela en la lista de países donde se producen violaciones de los derechos humanos en Venezuela, Chávez les dedicó un sonoro exabrupto: «Vayanse largo y al cipote».

Ya en 2007, a raíz de la polémica por el cierre de la emisora Radio Caracas Televisión, Chávez amenazó con retirar a Venezuela de esta organización y promover foros alternativos para los «pueblos libres de América». También los aliados del chavismo en la región, como el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, se han mostrado en contra del diseño institcional de la OEA. Correa llegó a definirla como «instrumento de los países hegemónicos».

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