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Vídeo: El Parlamento británico faculta a Theresa May a iniciar el mecanismo del Brexit - ATLAS

El Parlamento británico da luz verde al Brexit por una diferencia de 384 votos

Una cuarentena de diputados laboristas se rebelan contra la orden de Corbyn de apoyar la ley del Gobierno

Corresponsale en Londres Actualizado: Guardar
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El Brexit ha cruzado este miércoles el punto de no retorno. La ya célebre ley de solo 137 palabras, que presentó el Gobierno la pasada semana para pedir al Parlamento su permiso para poder activar la salida de la UE, ha sido aprobada en los Comunes con una diferencia de 384 escaños (498-114). Solo votaron en contra de salir de la UE los 50 diputados del SNP escocés, 7 liberal demócratas y 47 laboristas, que se rebelaron contra la orden de Corbyn de apoyar al Gobierno, expresada con las más firmes amenazas disciplinarias.

El Brexit recibe así con toda comodidad la luz verde de los diputados de los Comunes, dándose la paradoja de que en el referéndum el 70% de la Cámara estaba a favor de la permanencia.

La ley pasará ahora a los Lores y la semana que viene volverá a los Comunes para el debate de enmiendas.

A pesar del desdoro político que supuso para Theresa May su derrota judicial en el Tribunal Supremo, que la obligó a llevar el Brexit a votación parlamentaria en contra de su deseo, lo cierto es que sus planes de salida no se verán afectados y podrá activar el Árticulo 50 del Tratado de Lisboa antes de finales de marzo.

La votación ha llegado tras dos días de debates en la cámara, que se prolongaron hasta altas horas en la velada de martes a miércoles, lo que ha vuelto a recuperar una acrisolada tradición del parlamentarismo inglés: aplicarse en los bares del Parlamento, que permanecieron abiertos hasta bien pasada la medianoche.

Conclusiones del debate

Del largo debate se sacan dos conclusiones políticas. La primera es que Corbyn no controla ni su partido. Al margen de que 47 de sus diputados desoyeron sus órdenes (como hacía él constantemente con Blair), dos miembros de su ejecutiva han dimitido, con lo que son ya 31 los que se han dado de baja desde que llegó al liderazgo en septiembre de 2015. La segunda observación es que George Osborne, el que fuera ministro de Economía y mano derecha de Cameron, no renuncia a jugar un papel político en el futuro. El tiempo juega a su favor -47 años frente a los 60 de May- y probablemente también la inteligencia, pues está considerado una de las mejores mentes de Westminster. Hoy ha hecho una intervención crítica con la premier, a la que acusó de haber relegado la economía dando prioridad al problema migratorio. Cierto es también que Osborne sangra por la herida, porque May lo echó nada más llegar.

El Gobierno presentará este jueves a petición de la oposición el llamado «Libro Blanco» de la negociación con la UE, las líneas maestras de su plan. May se resistía a desvelarlas, porque cree que mostrar sus cartas antes de tiempo puede perjudicarla en la negoción de Bruselas.

La liza con el equipo europeo, que encabezará el ex comisario comunitario francés Michel Barnier, un duro negociador, se presenta muy difícil para los británicos. Ivan Rogers, el que fuera embajador del Reino Unido ante la UE y que dimitió hace unas semanas con un sonoro portazo, aseguró ayer en una comisión parlamentaria que los 27 podrían exigir a Gran Bretaña una reparación de entre 40.000 y 60.000 millones de euros por dejar la Unión, cifras que provocaron el escándalo de los diputados brexiters.

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