El ministro de Exteriores de Kazajistán, Kairat Abdrakhmanov., y el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, durante la entrevista que han mantenido este lunes en Astaná
El ministro de Exteriores de Kazajistán, Kairat Abdrakhmanov., y el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, durante la entrevista que han mantenido este lunes en Astaná - EFE

Arranca en Kazajstán el diálogo indirecto entre el régimen sirio y los rebeldes

En una reunión auspiciada por Rusia, Turquía e Irán; los opositores advierten: «Si el Gobierno de Siria piensa que nuestra presencia en Astaná es una rendición, se equivoca»

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Las negociaciones que acaban de iniciarse en el hotel Rixos President de Astaná, la capital de Kazajstán, para consolidar el alto el fuego en Siria no serán directas, al menos en una primera fase, pese a que Moscú así lo había anunciado en un principio. Esta reunión, auspiciada por Rusia, Turquía e Irán, entre el Gobierno sirio y algunos de los grupos rebeldes que combaten contra el régimen, tendrá lugar a puerta cerrada y deberá durar dos días. Su principal objetivo será consolidar el alto el fuego impulsado por el Kremlin y vigente desde el pasado 30 de diciembre.

El viceministro de Exteriores de kazajo, Román Vasílenko, ya avisó que hay dificultades para sentar en la misma mesa a la delegación siria y a los insurgentes.

«El problema viene muy de lejos y se presenta extremadamente difícil», admitió esta mañana Vasílenko.

Por su parte, el portavoz de la delegación opositora, Yahya al Aridi, advirtió que «no entraremos en discusiones políticas (...) todo gira en torno a la consolidación del alto el fuego y las cuestiones de carácter humanitario». Según sus palabras, «se trata de aliviar el sufrimiento de la población siria que se encuentra cercada, de liberar a los prisioneros y de permitir la llegada de ayuda humanitaria». Al Aridi subrayó también que «si el régimen sirio piensa que nuestra presencia en Astaná es una rendición, se equivoca».

El jefe de la delegación siria, Bashar al Yafari, dijo el domingo en la capital kazaja que la prioridades de Damasco en las conversaciones son fijar los términos del cese de las hostilidades, separar a los «terroristas» de los grupos rebeldes que participan en el encuentro de Astaná y acordar una línea común para combatir conjuntamente al Daesh y al Frente de la Conquista de Levante, antiguo Al Nusra, filial local de Al Qaida.

En la reunión de Astaná están también presentes representantes de Rusia, Irán, Turquía y el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan di Mistura. Estados Unidos recibió la correspondiente invitación para acudir, pero no ha enviado delegación. Estará presente en calidad de observador el embajador norteamericano en Kazajstán, George Krol.

El principal responsable de la delegación rebelde en el encuentro de Astaná, Mohamed Alush, duda del papel mediador de Moscú en las conversaciones, ya que es un país «ocupante» y no ha presionado suficientemente a Irán para que sus milicias presentes sobre el terreno respeten la tregua. Los negociadores enviados por los insurgentes se encuentran bajo el paraguas del Ejército Libre Sirio.

El Ministerio de Defensa ruso difundió el 29 de diciembre pasado la lista de los grupos opositores que se unieron a la tregua. Son siete en total: Felak al Sham, Ahrar al Sham, Jaish al Islam, Suvar agi Sham, Jaish al Mujaideen, Jaish Idlib y Jabhat al Shamia. Casi todos ellos operan en la parte norte de Siria con el respaldo de Turquía. Las facciones insurgentes más próximas a Arabia Saudí no han sido incluidas.

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