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El presidente venezolano, Nicolás Maduro, corre increpado por manifestantes en la isla de Margarita - ABC

Acusan a Nicolás Maduro de «maltratar» a un ama de casa que protestaba con una olla

El presidente venezolano, increpado en una «cacerolada» en la isla de Margarita

Madrid Actualizado: Guardar
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La paradisíaca isla de Margarita se convirtió en pesadilla para Nicolás Maduro. La entrega por el presidente venezolano de unas viviendas reformadas en la popular barriada de Villa Rosa del municipio de La Asunción, en el estado de Nueva Esparta, derivó en la noche del pasado viernes en una «cacerolada» en la que decenas de personas rodearon a la comitiva oficial e increparon al mandatario chavista mientras recorría a pie las calles.

Maduro sentía así por primera vez de manera directa la desesperación que la sociedad venezolana viene mostrando en los últimos meses y que el presidente trata de ignorar en sus intervenciones en público.

La protesta en la isla tenía lugar precisamente al día siguiente de la histórica manifestación en la que más de un millón de personas reclamaron en Caracas

el cumplimiento de los plazos para la celebración del referéndum revocatorio solicitado por la oposición.

En distintos vídeos difundidos a través de internet se aprecia al presidente venezolano en unas imágenes nocturnas seguido de gente que le increpa mientras trata de avanzar a buen paso, en algunos momentos incluso corriendo, rodeado por sus guardaespaldas. En un momento dado, se observa cómo se revuelve hacia la multitud y se encara con ella. A continuación se entrevé lo que parece un cierto forcejeo de Maduro y su equipo con varios vecinos.

Protesta «espontánea»

Tras el incidente, el alcalde de La Asunción, Richard Fermín, acusó al presidente venezolano a través de su cuenta en Twiter de «maltratar» a una mujer. La supuesta agredida fue identificada como Eudys Marcano, cuyo nombre se propagó enseguida por las redes sociales como símbolo de la lucha de los ciudadanos contra el aparato chavista. Distintos usuarios la ensalzaban como un ama de casa convertida en «heroína» cuya única arma era «una olla» traída de su casa.

El regidor del municipio maragariteño, elegido por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), subrayó ayer en declaraciones al canal internacional de noticias NTN24 que lo sucedido en Villa Rosa en la noche del viernes fue una protesta de carácter «espontáneo» en la que los ciudadanos «se enfrentaron cara a cara con el régimen». Según Fermín, «la calamidad» que vive Venezuela «sobrepasa cualquier anillo de seguridad» y el dispositivo que acompañaba a Maduro era «muy pobre, no en cuanto a número, sino en cuanto a ganas de protegerlo, ya que también hay venezolanos que tienen familias que pasan lo que están pasando todos».

Villa Rosa, señaló el alcalde, es un barrio «humilde, con pocos recursos», que en su día fue «un icono» como feudo del gobierno chavista, pero que ahora sufre la crisis que atraviesa el resto del país. Según Richard Fermín, ya «no hay sector del país donde Maduro no tenga un rechazo de este tipo».

La respuesta de Maduro a la protesta en la isla de Margarita está siendo la misma que la que viene aplicando tras la masiva manifestación por las calles de Caracas: la represión de quienes muestran su rechazo al régimen.

El coordinador de Foro Penal Venezolano en el estado de Nueva Esparta, Pedro Arévalo, alertó de que más de 40 personas fueron detenidas por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) durante el «cacerolazo». «No nos han dado cantidad fija (de aprehendidos). Establecimos una relación por las denuncias de los familiares», explicó a la web del diario «El Nacional» el representante de esta organización no gubenamental, dedicada a asistir a personas arrestadas de forma arbitraria.

Entre los detenidos figura Braulio Jatar Alonso, director de Reporte Confidencial, un medio de comunicación local que publicó vídeos de la cacerolada en la isla de Margarita.

El propio Foro Penal Venezolano denuncia que hasta 126 miembros de la oposición han sido detenidos de forma arbitraria desde la manifestación para pedir acelerar el revocatorio, conocida como «la toma de Caracas».

El alcalde de La Asunción criticó la «persecución brutal» y la «desproporción de la respuesta con personas que estaban mostrando pacíficamente su descontento», con «un montón de seguridad contra una señora caceroleando». Según indicó, en Venezuela «tocar una cacerola es un delito militar». En este sentido, señaló que «se llevaron a tres personas detenidas a la casa militar, ni siquiera presentadas ante la fiscalía ordinaria y sin comunicación con su familia». Villa Rosa «ha vivido cara a cara lo que representa la monstruosidad del régimen», aseguró, «solo por herir el ego de Nicolas Maduro».

En solidaridad con los vecinos de La Asunción, anoche se habían convocado «caceroladas» en otros puntos de Venezuela. Por otra parte, como viene sucediendo en otras ciudades de distintos países, una manifestación recorrerá esta mañana (11.00 horas) las calles de Madrid, desde la plaza de España a la plaza de Isabel II, Ópera, para reclamar la celebración del referéndum revocatorio, como se hizo en «la toma de Caracas» el pasado jueves.

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