Manifestantes a favor del revocatorio frente al dispositivo de seguridad desplegado en Caracas
Manifestantes a favor del revocatorio frente al dispositivo de seguridad desplegado en Caracas - EFE

La marcha de Caracas resiste las provocaciones del chavismo

Más de un millón de personas pidieron de forma pacífica el revocatorio de Maduro, libertad para los presos y mejores condiciones de vida

Corresponsal en Caracas Actualizado: Guardar
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La gran marcha de Caracas del 1 de septiembre, convocada por la oposición para exigir la fecha del referéndum revocatorio presidencial este mismo año, fue histórica, multitudinaria y pacífica, al menos en lo que se refiere al bando de los organizadores. Del otro lado, en el bando chavista, hubo un sinfín de provocaciones, antes y durante la marcha. Desde la detención de una treintena de miembros de la oposición, pasando por la prohibición de la entrada a periodistas de medios internacionales para que no informaran de manera veraz y libre, hasta la colocación de todo tipo de obstáculos en las carreteras para impedir el acceso a la capital: autobuses incendiados (en La Victoria). A todo esto hubo que sumarle el lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de la Guardia Nacional Bolivariana en algunas de las vías de acceso, como la carretera Panamericana, según informó «El Nacional».

Pero los manifestantes aguantaron y siguieron avanzando hacia el centro de la capital.

Por su parte y para aumentar aún más la presión, horas antes de comenzar la marcha, Nicolás Maduro anunció la intención de crear un decreto constitucional para retirar la inmunidad parlamentaria a algunos políticos con el fin de «defender la paz, para combatir el golpismo y la violencia política».

Pero la Toma de Caracas, además de ser una petición masiva reclamando la fecha del revocatorio dentro de este año, también sirvió para medir las fuerzas entre los que no quieren el Gobierno de Maduro y aquellos que todavía le apoyan, pues el mandatario contraprogramó también para ayer otra manifestación. Las cifras fueron aplastantes. La proporción entre una y otra concentración fue de cien a uno a favor de la oposición.

Las tres avenidas Francisco de Miranda, Río de Janeiro y la Libertador llenaron los 18,7 kilómetros de manifestantes. Eran tres ríos de gente vestida de blanco. Más de un millón de personas, según la encuestadora Datincorp marcharon contra el Gobierno de Maduro. Cifra que refrendó el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, que calificó la Toma de Caracas como « la movilización más grande la historia venezolana». Y criticó las trabas a las que tuvieron que enfrentarse los participantes. «Muchos compañeros tratan de sortear las barricadas guarimberas. Eso merece un rechazo enérgico de todos los venezolanos», subrayó en declaraciones a los medios de comunicación. Al mismo tiempo que lamentó que se utilizara a la Guardia Nacional y a la Policia para sabotear: «Aquí matan y roban a personas y no vemos funcionarios».

Mientras la Toma de Caracas avanzaba, en el otro lado de la céntrica Bolívar, la tradicional avenida que utilizaba el difunto Hugo Chávez para sus mítines, Maduro se tuvo que conformar con una desnutrida manifestación de camisas rojas, según las imágenes de planos cerrados y cortos. El presidente venezolano enfatizó que a él no lo revoca nadie y que se mantendrá en el poder durante muchos años más.

Marcha frente al CNE

La marcha concluyó a las dos de la tarde en la Avenida Libertador, frente al liceo Gustavo Herrera. Allí, la plana mayor de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), encabezada por Jesús «Chúo» Torrealba, leyó el manifiesto de la Toma de Caracas en el que anunciarón los siguientes cuatro pasos a seguir. El primero de ellos fue casi inmediato, pues tuvo lugar seis horas despues, a las 8 de la tarde. Fue un gran cacerolazo nacional para «celebrar el éxito de la Toma de Caracas, que marcará el inicio de esta nueva y definitiva etapa de lucha», proclamaron.

A esta le seguirá, el próximo miércoles 7 de septiembre, una nueva marcha. «Iremos a las oficinas del Consejo Nacional Electoral (CNE) en todo el país a ratificar nuestras exigencias sobre las condiciones y la fecha para la consulta nacional del 20%». Una semana después, el día 14, tendrá lugar «una Jornada Nacional de Movilización de 12 horas de duración en todas las capitales de Estado, en respuesta a lo que el CNE anunciará el día 13 de septiembre (las normas del revocatorio), y para llevar la reclamación del pueblo venezolano a los gobiernos que ese día estarán reunidos en Venezuela en la Cumbre de los Países No Alineados».

La cuarta cita de la agenda opositora será al día siguiente de la segunda recogida de firmas. «Convocaremos la Toma de Venezuela, de 24 horas de duración, exigiendo la realización inmediata del revocatorio».

Durante la lectura del comunicado, Jesús «Chúo» Torrealba se dirigió a los participantes de la marcha, «el pueblo soberano, reunido en masiva, pacífica y épica movilización, tanto los que logramos llegar a Caracas como los que fuimos detenidos en ilegales bloqueos de carreteras, y aun los que sólo pudimos protestar desde el frente de nuestras casas y desde las ventanas de nuestros apartamentos».

«Hay que rescatar al país»

A lo que añdió: «Somos la ciudadanía movilizada, somos la Nación puesta en pie para decir ¡ya basta! ¡Hay que rescatar al país! Rescatarlo de la escasez de alimentos y del exceso de balas, rescatarlo de la falta de medicinas y del exceso de angustia. Rescatarlo sobre todo de un presidente, un régimen y un sistema que sólo han puesto dictadura donde debe haber democracia, han puesto pobreza donde debe haber prosperidad y han puesto inseguridad donde debe haber confianza», lamentó. Dijo que en una Venezuela en la que sólo abunda la violencia y la muerte, «es nuestro deber rescatar la convivencia y la esperanza. Estamos exigiendo el revocatorio presidencial».

Por último, «Chúo» Torrealba se dirigió al Gobierno de Maduro. «Al régimen le decimos: cada vez que -para aferrarse al poder- se opone a que el pueblo sea consultado, está reconociendo y agravando su ausencia de respaldo popular, su falta de legitimidad; cada vez que reprime al pueblo y encarcela a dirigentes democráticos sólo demuestra que no tienen ni ideas ni votos con que enfrentarnos; cada vez que amenaza a humildes ciudadanos con echarlos de su trabajo o con no venderles una bolsa de comida por pensar distinto, solo revela que no conoce a un pueblo que no puede ser reducido ni por hambre ni por miedo», insistió el secretario de la MUD.

También tuvo palabras para la Fuerza Armada Nacional (FAN), a la que Maduro utiliza contra la marcha y la oposición: «Luchamos por una Venezuela en que la FAN, apegada a su misión constitucional y a su condición de institución sin militancia partidista, sea respetada y querida por todo el país, y no sólo por una facción o grupo».

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