El ministro de Finanzas heleno,Tsakalotos, pasa por delante del alemán Wolfgang Schäuble
El ministro de Finanzas heleno,Tsakalotos, pasa por delante del alemán Wolfgang Schäuble - afp

El Eurogrupo aprueba el tercer rescate a Grecia

El ministro de Finanzas griego, Euclid Tsakalotos, ha asegurado que el tercer rescate, valorado en 86.000 millones de euros «llevará a Grecia hacia delante»

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La zona euro no tendrá más remedio que estudiar en octubre cómo se reduce el insoportable peso de la deuda griega. Los ministros de Economía del Eurogrupo se han reunido hoy en Bruselas para aprobar formalmente el tercer rescate de Grecia en un ambiente pesado y complejo, no solo porque la sesión les ha interrumpido las vacaciones de verano, sino porque las reticencias del FMI y de Alemania han sido indicadores de la fragilidad de la situación.

Los ministros del Eurogrupo, con el holandés Jeroen Dijsselbloen a la cabeza, se dieron cita en Bruselas, un hecho inusual en pleno mes de agosto, porque las fechas apremian y el margen de maniobra ha desaparecido tras estos seis meses de tensiones provocadas por el gobierno populista griego.

Después de que el Parlamento de Atenas aprobase el acuerdo en una dramática votación que ha dejado en una situación muy delicada al primer ministro, Alexis Tsipras, el Eurogrupo ya no tenía más remedio que dar una clara señal de que los socios siguen dispuestos a sostener al país con un nuevo rescate. Como dijo el titular español, Luis de Guindos, el proceso que se ha seguido hasta ahora, es decir, negociaciones con la troika y asunción por parte de Atenas de una serie de recortes, «demuestra que no hay atajos» y que para aspirar a recibir la ayuda de los socios europeos Grecia «debe cumplir las reglas».

Este rescate «llevará a Grecia hacia delante»

El ministro de Finanzas griego, Euclid Tsakalotos, ha asegurado que el tercer rescate a la economía helena, valorado en 86.000 millones de euros y condicionado a un amplio paquete de reformas, «llevará a Grecia hacia delante».

«Lo hará en el sentido de que el sistema financiero será mucho más estable a partir de ahora», ha dicho Tsakalotos en declaraciones a la prensa al término del Eurogrupo que se ha celebrado este viernes en Bruselas.

Sin embargo, ha advertido de que el éxito de este tercer rescate dependerá de cómo reaccionen los griegos a las reformas estructurales que la eurozona ha exigido a Atenas para habilitar un nuevo préstamo.

Tsakalotos ha abandonado Bruselas agradeciendo «de todo corazón» a los griegos y a sus compañeros de la eurozona «el duro trabajo» realizado en los últimos meses para hacer realidad este tercer rescate.

Primera revisión

Sin embargo, el acuerdo contiene también elementos muy complejos a la hora de garantizar el rigor económico que se le exige a Atenas. Ese tercer rescate de 86.000 millones de euros elevaría la deuda de Grecia hasta el 200% de su Producto Interior Bruto (PIB), que es algo que sobrepasa todos los límites habidos y por haber. Con razón Dijsselbloen ya advirtió de que «la sostenibilidad de la deuda sigue siendo un punto de preocupación para el FMI», y por ello ha admitido que en las próximas semanas, en octubre como muy tarde, cuando se realice la primera revisión del programa, se ha de buscar una solución –al menos teórica–y «con más garantías si fuera necesario», para que el FMI participe en el rescate.

De hecho, la mayor ausencia en la reunión de ayer fue la de la directora del FMI, Christine Lagarde, que participó por teleconfencia y no porque no haya querido interrumpir sus vacaciones, sino porque la institución que dirige no participará en el nuevo rescate si no hay primero una cierta quita de la deuda griega. La ausencia del FMI representa a su vez un problema político para Alemania, cuyo gobierno está obligado a pedir al Parlamento la ratificación del acuerdo con Grecia. Y si el FMI no participa, lo tendría mucho más complicado.

Situación límite

Inicialmente se había evocado la posibilidad de que el Eurogrupo aparcase el rescate y se limitara a aprobar un nuevo crédito puente que políticamente sería mucho más fácil de tramitar. Pero la situación griega es tan extrema que puede que no haya mucha diferencia entre una cosa u otra. Según fuentes griegas, Atenas ya necesitaría en el primer tramo del rescate cerca de 23.000 millones, que irían en su casi totalidad a pagar vencimientos y el primer crédito puente. Con cifras así y con tanta urgencia, no es de extrañar que los ministros se tomasen su tiempo para encontrar una fórmula que contente a todos.

Por si acaso, la Comisión Europea había preparado el terreno para conceder un segundo préstamo provisional a Grecia si el Eurogrupo lo pedía, porque el 20 de agosto es otra de las fechas clave que pueden arruinar todo el proceso. Si dentro de cinco días Grecia no ha recibido ayuda suficiente para pagar 3.500 millones de euros al BCE, se produciría una situación catastrófica que volvería a dejar a su sector financiero paralizado. Para evitarlo, el Ejecutivo comunitario había preparado dos escenarios alternativos, según explicó la portavoz Annika Breidthardt. «Hemos presentado documentos para el Mecanismo Europeo de Estabilidad» (MEDE), encargado de proporcionar una ayuda financiera a los países de la zona euro y que concedería un primer tramo en caso de que haya acuerdo sobre el programa. Pero también otros para un potencial uso del MEEF», el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, un programa alternativo de crédito para conceder ese crédito puente a Grecia si fuera necesario.

Al final, todos los caminos llevan al mismo sitio: la salida a medio plazo para Grecia solo pasa por un programa de reformas reales y efectivas, que es a lo que los populistas de Syriza se han resistido con uñas y dientes. Pero también sería necesario aliviar el peso insoportable de una deuda gigantesca, que es lo que Alemania no acepta si se ha de convertir en una simple quita.

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