Cómo se elige y qué funciones tiene el presidente de la República en Italia

Giorgio Napolitano ha hecho efectiva este miércoles su renuncia como presidente de la República de Italia, cargo que ocupaba desde mayo de 2006. El país transalpino afronta ahora la renovación de la jefatura del Estado, con unas funciones similares a la monarquía en España, a través de una votación parlamentaria. El único requisito para el candidato es que tenga cincuenta años. Además, el cargo es incompatible con cualquier otra ocupación, por lo que el candidato debe renunciar a sus ocupaciones si es elegido presidente.

El sustituto de Napolitano se elegirá en una sesión especial del Parlamento que reunirá a los representantes de la Cámara de Diputados, el Senado y a 58 representantes designados por las 20 regiones de Italia.

La constitución italiana establece que la votación se efectuará mediante voto secreto.

Este es uno de los factores que incorpora un alto grado de incertidumbre hasta el final. Aunque Renzi y su Ejecutivo cuenta con la mayoría gracias a sus aliados de Gobierno, precisamente el hecho de tener que alcanzar un candidato común con el centro derecha es precisamente lo que aumenta las especulaciones con que surjan los conocidos como «francotiradores» en su propio partido que no apoyen al candidato elegido.

Y es que el candidato necesita dos tercios a favor en la votación de los 630 diputados, los 315 senadores y los 58 representantes regionales. No obstante, si tras tres rondas no se ha elegido presidente bastará con la mayoría absoluta.

El presidente de la República de Italia se elige cada siete años, y hasta que Napolitano fue reelegido en 2013, nadie se había presentado a un segundo mandato.

Como Jefe del Estado y representante de la unidad nacional, el presidente tiene entre sus funciones autorizar la presentación a las Cámaras de las propuestas de ley de iniciativa gubernamental, promulgar las leyes y dictar los decretos con fuerza de ley y los reglamentos. Tiene potestad para nombrar a determinados funcionarios del Estado.

Además, es el encargado de acreditar y recibir a los representantes diplomáticos. Del mismo modo que debe ratificar los tratados internacionales. Es el mando supremo de las Fuerzas Armadas, tiene potestad para conceder indultos y conmutar penas.

Previa consulta con los presidentes de las mismas tiene potestad para disolver las cámaras, aunque este es una potestad que no puede ejercer en los últimos seis meses de su mandato.

Como sucede en España e Inglaterra con la monarquía o en Alemania con la presidencia, en Italia el presidente de la República no tiene facultades de Gobierno.