poster Vídeo
ISABEL PERMUY
NATALIDAD

«Es necesario devolver a la gente las ganas de tener hijos»

Diversos expertos analizaron en el I Foro Stop Suicidio Demográfico, celebrado en ABC, las consecuencias de no tomar medidas ante el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Estamos ante uno de los asuntos más serios y de mayor calado a los que se enfrenta la sociedad española: el invierno demográfico. Así lo aseguró ayer Bieito Rubido, director de ABC, durante la inauguración del I Foro Stop Suicidio Demográfico, organizado por la Asociación de Familias Numerosas de Madrid y la Fundación Renacimiento Demográfico, y patrocinado por Fundación Caser.

Entre los ponentes reunidos en la Casa de ABC para abordar el problema del bajo índice de natalidad y el envejecimiento de la población se encontraba Alejandro Macarrón, director y fundador de la Fundación Renacimiento Demográfico, quien destacó que los ciudadanos españoles no son conscientes de este grave problema «porque no lo palpan de forma directa cuando salen a la calle cada día.

Y, las consecuencias son alarmantes».

Lastre de crecimiento

«Como pueblo —continuó Macarrón— estamos muriendo. Si España no reacciona, cuando nos demos cuenta, será demasiado tarde». El fundador de Renacimiento Demográfico apuntó también que no tomar medidas amenaza seriamente nuestro bienestar «por contar con menos activos para soportar mayor número de jubilados y por el lastre que supone para el crecimiento económico (menos consumo, inversión, fuerza laboral menguante...). Es necesario devolver a la gente las ganas de tener hijos», propuso.

Para Joaquín Leguina, demógrafo y expresidente de la Comunidad de Madrid, habría que echar una breve mirada al pasado para entender la proyección de los demoledores datos demográficos y que, si nada lo remedia, será la misma o parecida en los próximos años, «con una pérdida de población hasta llegar a los 41 millones en 2064».

Frutos a largo plazo

En esa misma línea se expresó Enikó Yori, embajadora de Hungría, e invitada al Foro para explicar las políticas de Familia puestas en marcha en su país. Para esta experta, los políticos no quieren concentrarse en asuntos que traen frutos a largo plazo, sino en mandatos de cuatro años: «es un trabajo muy ingrato porque no se ve reconocido al momento». De igual forma se expresó Amparo González, directora general de Familia y Demografía de la Xunta de Galicia, quien reconoció que «de poco sirve poner en marcha medidas, si después llega otro gobierno y las cambia».

Para la embajadora de Hungría, la solución pasaría por crear un marco legislativo y por poner en marcha medidas profamilia como las desarrolladas en su país, donde en solo cinco años han pasado de tener un índice de fecundidad del 1,26 al 1,44. «No es imposible hacer una buena política para promocionar familias». Así lo matizó la secretaria de Estado de Familia del Gobierno húngaro Katalin Novák quien, pese a no estar físicamente en el acto, manifestó a través de un vídeo que «el apoyo a la familia es la única solución a largo plazo al suicidio demográfico».

Otro ejemplo de cómo los políticos han tomado cartas en el asunto demográfico es Macedonia, donde han conseguido incrementar la natalidad un 3% entre 2005 y 2015. «Un milagro logrado gracias a la puesta en marcha de numerosas medidas», aseguró Vladimir Gjorchev, parlamentario macedonio y presidente de la Comisión de Sistema de Política y Relaciones Interétnicas en el Gobierno de aquel país. «Lo primero fue tener claro que, sin una buena política de natalidad, no hay quien pague impuestos, seguridad social, cree empresas o consuma», advirtió.

Fecunidad, envejecimiento

En cambio para María Teresa López López, directora de la cátedra extraordinaria de Políticas de Familia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), no sería necesario fomentar la natalidad por parte de clase política. «¿O es que alguna persona en su sano juicio tendría hijos gracias a una política social?», se pregunta. Según esta economista «el fondo del problema no es la cuestión económica, sino en la concepción de la persona que tiene la sociedad actual. La responsabilidad en el cambio de formas de convivencia o en la maternidad tardía, no podemos achacársela a los políticos». Se trataría más bien de «eliminar los obstáculos para que esas personas que así lo quieren puedan cumplir con sus deseos de tener hijos, fomentando el trabajo, el cambio cultural… La actual economía de mercado y el individualismo son incompatibles con los hijos».

De la misma opinión es David Reher, catedrático de la UCM e investigador coordinador del Grupo Estudios «Población y Sociedad», para quien, además, «los jóvenes no tienen confianza en sí mismos. Tienen miedo a no tener trabajo, piensan que los hijos son carísimos…». Aunque Reher reconoce que, pese a sus investigaciones, «distamos mucho de entender por qué la fecundidad es tan de baja en España. Y hasta que no sepamos la causa, nos va a costar mucho buscar remedio».

La realidad gallega

Un claro ejemplo del invierno demográfico fue el expuesto por Amparo González, directora general de Familia y Demografía de la Xunta de Galicia, quien remarcó que Galicia es una de las regiones españolas con menor tasa de fecundidad (de 1,07) y con la población más envejecida (una de cada cuatro personas es mayor de 65 años). «A ello se añade el alto índice de población rural, ya que tenemos ayuntamientos muy pequeños, de menos de mil habitantes».

En su ambicioso plan de medidas para fomentar el bienestar de las familias trabajan desde las diferentes consejerías de forma transversal asuntos como la vivienda, el transporte, la conciliación... Además disponen de un programa de apoyo a la maternidad que cuenta con deducciones fiscales e incluye medidas como la «tarjeta Bienvenida», de 100 euros al mes.

Ver los comentarios