ÁNGEL DE ANTONIO
NACIMIENTO RESPETADO

El parto: tan esperado como temido

Dos psicólogas perinatales explican los motivos del terror que puede sufrir una madre ante la llegada de un bebé

MADRID Actualizado: Guardar
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Es raro que una mujer no tenga miedo al parto. De hecho, suele ser el momento más temido de la maternidad. La futura madre se ve asaltada por temores y ansiedades. Se pregunta si saldrá todo bien, si le dolerá mucho, si lo aguantará... ¿Qué pasa entonces con la ilusión, la alegría, el amor y la seguridad en el propio cuerpo y el del bebé? ¿Qué pasa con la confianza en la naturaleza? ¿Por qué la mujer se siente en esos momentos fundamentalmente asustada, insegura, vulnerable y frágil? A esto dan respuesta las psicólogas perinatales Natalia Valverde y Sabina del Río en las páginas de «Embarazo y crianza. Ante todo mucha calma», una obra que cobra especial relevancia estos días, con motivo de la Semana Mundial del Parto Respetado.

En su libro, recientemente publicado por Esfera de los Libros, ambas expertas citan la teoría de la psicoanalista Helene Deustch, que asegura que es muy común que al final del embarazo las mujeres embarazadas presenten, en su mayoría, un estado psicológico dominado por el miedo a dar a luz. Según esta autora, las mujeres podemos sentir tres temores fundamentales a la hora de pensar en el parto, que son:

—El dolor: En mayor o menor medida y dependiendo de muchas variables, el parto duele. Habrá mujeres que tengan un umbral de tolerancia más alto que otras, algunas que sean especialistas en controlar el dolor, y otras que confíen plenamente en su cuerpo y no teman el momento del parto. Pero como norma general, la mujer sabe que va a pasar por una experiencia que va a doler, y eso condicionará la manera de enfrentarse al parto.

—El temor a la muerte del bebé o de ella misma. Aunque hoy en día las mujeres durante el embarazo y el parto sean sometidas a un exhaustivo seguimiento y control médico para controlar cualquier posible riesgo, la fantasía de la muerte es muy común.

—El miedo a sentir un vacío, el miedo a la separación. El parto supone, ante todo, que la madre se separa del bebé, con el que lleva una unión de nueve meses.

Y por otro, está el miedo a lo desconocido. Se teme en mayor medida un primer parto que un segundo o un tercero. Esto es así, tal y como indican las psicólogas Valverde y Del Río en su libro, «porque si nunca se ha parido, entonces no se ha pasado por una experiencia que permita comparar. Y lo desconocido, lo incierto, por norma general nos aterra».

El papel de los profesionales sanitarios

Al miedo profundo, y comprensible, escriben estas dos expertas en su libro, «hay que sumarle la "medicalización del parto", que significa que se da a luz en un entorno hospitalario, lo cual impresiona bastante, y que hace que la mujer se encuentre en una situación de mucha vulnerabilidad que la lleva a colocarse en una actitud dependiente». Las mujeres, continúan, «se sienten pasivas, sienten el parto como es algo que les van a hacer y del que ellas no van a formar parte activa».

Se trata además de un momento, explica Valverde, «en el que ponen en juego la personalidad de la mujer, sus miedos, su historial, sus temores y sus tabúes. Y donde no va a estar sola. Estará acompañada de los mensajes y expectativas acerca de la maternidad que le han sido trasmitidos desde que era niña». Las futuras madres tienen una «cierta idea de lo que se espera de ellas en el paritorio, y todas quieren hacer su mejor papel», asegura Del Rio. «De alguna manera en el parto nos la jugamos. Hay que parir en poco tiempo, sin quejarse mucho, sin gritar, obedeciendo a todo lo que te dicen, y enamorarte de tu bebé nada más verle. Entonces te habrás ganado la medalla de la buena madre».

Sin embargo, la realidad suele ser otra, advierten estas psicólogas. «Las cesáreas, el dolor intenso, las quejas o episiotomías (incisión quirúrgica en la zona del perineo) son vividas como pequeños o grandes fracasos». Ellas proponen seguir la teoría que defiende Michel Odent en su libro «El bebé es un mamífero», y que apuesta por un parto respetado. ¿Cuáles serían algunas de sus principales recomendaciones?

1) Priorizar siempre que se pueda el parto vaginal frente al abdominal, para que el bebé pase por el canal del parto y la vagina y tome contacto con los primeros microbios.

2) En un lugar que debe ser «familiar, acogedor e íntimo, con pocas personas presentes y sin mucha luz. O sea, lo contrario de un equipo de profesionales hablando alto y diciéndole a la mujer lo que tiene que hacer.

3) Tan importante es que se respete la intimidad de la mujer como que se sienta segura y acompañada. La mujer dará a luz mucho mejor si se siente apoyada por alguilen que la quiera, cercano, y que le transmita seguridad y confianza en ella misma».

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