Pedro del Hierro en 2005
Pedro del Hierro en 2005 - t. berruezo

El día que desahuciaron a Pedro del Hierro

El diseñador debía varios meses de alquiler del piso de 600 metros cuadrados que habitaba en la calle Serrano de Madrid. «Los asuntos burocráticos le vienen grandes, diría que hasta le molestan», contó un allegado al genial modisto

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« Pedro vive un poco al margen de la realidad, los asuntos burocráticos le vienen grandes, diría que hasta le molestan», le retrató alguien que le conoce y que prefiere permanecer en el anonimato.

Así contaba ABC solo una de las tantas cualidades del genial modisto. Pero en este caso, su aislamiento le iba a jugar una mala pasada. Y es que en 2005 agentes judiciales amenazaron con trasladarle al albergue de San Isidro y despojarle de su casa, un pequeño museo hecho a medida con Tàpies, Miró, Sicilia, Pérez Villalta o Manuel Luque (más desconocido pero no menos querido para el diseñador). Y es que el diseñador debía varios meses de alquiler del piso de 600 metros cuadrados que habitaba en la calle Serrano de Madrid.

No por falta de voluntad sino más bien por sus despistes y su afán por vivir aislado de la realidad y problemas de dinero, tan alejados de su arte. «Siempre he tenido un grupo detrás que se ocupa de mis cuestiones económicas», declaró en alguna ocasión el propio modisto. Ese grupo fue el que acudió al rescate del creador.

«Despiste del maestro»

No tan a tiempo como para impedir el desalojo, pero sí para frenar que sus sillas Luis XVI, sus grabados, telas, lienzos de la escuela cuzqueña... durmieran empolvados en un almacén municipal.«Ha sido causa de un despiste del maestro», declaró, al quite, su jefa de prensa, Carla Royo-Villanova. «Me encanta sorprender», dijo una vez el genio.

Recorrido de la firma

Pero pese a sus despistes ha sabido rentabilizar muy bien su firma. A los 21 años montó su primer taller. En los años siguientes, sus colecciones cosecharon grandes éxitos tanto en España y Europa como en América. En 1981, dio el paso definitivo al prêt-à-porter y se convirtió en el primer diseñador español con boutique propia en grandes almacenes, actividad que desarrolló durante seis años.

Terminado este período, creó una línea llamada «Harito», destinada a la venta libre y otra llamada «Pedro del Hierro» de series limitadas y realización artesanal.

En la temporada 1988/1989 empezó a diseñar ropa masculina, y en ese mismo comenzó a distribuir sus diseños a través de Cortefiel, propiedad de la familia Hinojosa. En 1992, el grupo de distribución textil adquirió la totalidad de la firma, en la que el propio diseñador colaboró hasta 2002.

En 2011, se retiró definitivamente de la esfera pública con «Color, belleza y tiempo», una exposición en el Museo del Traje y un tributo del mundo de la moda. «Siempre pensé que iba a morir haciendo vestidos, pero la realidad ha sido distinta», señaló el diseñador entonces, emocionado y arropado por compañeros de profesión y muchos amigos.

Para aquella muestra se presentaron 25 piezas de alta costura, propiedad del grupo Cortefiel, que fueron donadas al museo madrileño, y en la que se puede apreciar la mirada original y la libertad de patrones del creador.

La diseñadora Carmen March se puso en 2013 al frente de la dirección creativa de la firma, que actualmente se denomina Pedro del Hierro Madrid y que muestra sus creaciones en la pasarela de Nueva York

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