Irene Villa en una imagen de archivo
Irene Villa en una imagen de archivo - Angel de Antonio

Irene Villa reparte regalos a 500 niños con discapacidad

La esquiadora paralímpica ha asegurado que ya ha comenzado a esquiar con su marido

Madrid Actualizado: Guardar
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No se conocían pero desde la otra mañana Irene Villa y el defensa del Atlético de Madrid, Jesús Gámez, ya pueden decir que tienen una unión muy especial tras ser los elegidos para repartir los regalos a cerca de 500 niños con discapacidad en el acto que cada Navidad organiza la Fundación Clínica Menorca. «Yo sí que soy una reina maga desde hace ya siete años», decía divertida Irene recordando el tiempo que lleva colaborando con esta Fundación. «Además de sumarme a una iniciativa que me encanta gracias al doctor Ángel Martín durante estos años he tenido la suerte de conocer a importantísimos deportistas como pueden ser Iker Casillas, Fernando Verdasco o, en este caso, el propio Jesús Gámez», añadía.

Para Irene Villa el 2015 ha sido un año muy especial que espera redondear en este 2016. De entrada tuvo a su segundo hijo, un bebé precioso y sano que la tiene feliz, y en esa actividad imparable que la caracteriza ha conseguido consolidar el proyecto de la Flor Dulce de navidad con el que se fomenta la inserción laboral. Este año más de 100 personas han participado en la elaboración de estos dulces que cuenta con el apoyo de la Fundación Irene Villa y la del Síndrome Down en Madrid. «Mi lucha siempre va a favor de la inserción deportiva de los discapacitados y de ahí que lo único que le pida a los Reyes sea que nieve mucho para poder realizar las competiciones», añade.

Ejemplo increíble de mujer que sabe superar todos los retos que la vida le ha puesto Irene me aseguró que ya ha empezado a esquiar en Sierra Nevada para dirigir los entrenamientos de los participantes en estas pruebas que se realizan con la Fundación También. «Lo mejor de todo ha sido que mi marido, un tenista buenísimo, este año se ha animado a esquiar conmigo. Es la primera vez que lo hace en su vida y fue muy divertido cuando le confesó a su monitor que no le gustaba nada pero lo hacía como prueba de amor hacia mí», cuenta emocionada. Fue el 1 de enero cuando debutó sobre las pistas haciendo feliz a la mujer más positiva que se conozca de los últimos tiempos. Madre de dos niños y consciente de las dificultades que los discapacitados tienen a la hora de desenvolverse, disfrutó como una primeriza repartiendo juguetes y animando a todos los chavales a que cumplan sus sueños tal y como ella se propuso el día que entendió que la vida era muy bonita como para vivir en el lamento. Además de sus libros de pensamiento positivo y su trabajo en la fundación Irene este año repetirá como modelo de la diseñadora Teria Yabar cumpliendo una vez más su deseo de la infancia de verse un día trabajando como modelo.

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