Íker Casillas y Sara Carbonero, vacaciones en el Algarve

Íker Casillas y Sara Carbonero no han podido resistirse a los encantos de Portugal para pasar una semana de vacaciones. La zona del Algarve los ha subyugado, así que decidieron vivir una semana de ensueño en el Hotel Vila Vita, ubicado en el municipio de Armaçao de Pêra. Es decir, a 16 kilómetros de Albufeira y a 39 de Faro.

A razón de 1.100 euros la noche, su estancia en la suite principal del citado establecimiento se ha convertido en un verdadero paraíso, coronado por el alquiler de un yate de lujo previo desembolso de 2.500 euros, de acuerdo con algunos medios locales.

Junto a sus pequeños Martín, de tres años, y Lucas, quien acaba de cumplir uno, dieron un paseo a bordo hasta las proximidades de Lagos y disfrutaron de una velada inolvidable

, antes de visitar el espectacular enclave de Benagil, un lugar impresionante donde la playa se funde con unas maravillosas cuevas. El entorno los dejó boquiabiertos y el ex portero del Real Madrid se apresuró a compartir una imagen a través de sus perfiles en las redes sociales.

«No es mi país, pero le estoy muy agradecido», escribió Íker, cuyo contrato con el Oporto finaliza el próximo 30 de junio. En el norte de Portugal ha disputado dos temporadas completas al frente del equipo del Estadio do Dragao, la primera más bien irregular y esta última con unos registros como en sus mejores tiempos. Eso sí, una contribución insuficiente porque el club no ha obtenido ni un solo título y ha visto cómo se reforzaba el dominio de su eterno rival, el Benfica.

Todavía está en el aire su futuro profesional, pues la opción de renovar un año más no parece hallarse sobre la mesa. Hace unos días emergió el interés del Liverpool en ficharle, aunque parece ganar enteros el interés del Sevilla. En cualquier caso, todo se decidirá en una próxima reunión con el presidente del Oporto, Jorge Pinto da Costa, que ocupa el cargo desde hace 36 años.

Por su parte, Sara Carbonero ha ido comprobando que su popularidad en el país vecino no ha dejado de crecer. Inicialmente, su aureola se circunscribió al área de la segunda ciudad lusa, pero las diversas campañas publicitarias han extendido su fama al conjunto de la nación, sobre todo desde que la marca vaquera Salsa Jeans la eligió como icono. Basta caminar por las calles de Lisboa para ver su rostro en numerosas marquesinas.