Desfile de Dior en la semana de la Alta Costura de París
Desfile de Dior en la semana de la Alta Costura de París - AFP

El estilo femenino y austero de Dior en su bosque encantado

Comienza la Alta Costura de París con desfiles emblemáticos

Madrid Actualizado: Guardar
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El estreno de Maria Grazia Chiuri en Dior hace unos meses se revistió de triunfo del feminismo en una casa de modas en la que nunca había estado al mando de la creatividad una mujer. En esta era de mujeres poderosas, y en un sector en el que Coco Chanel, Elsa Schiaparelli, Sonia Rykiel, Minucia Prada -entre otras- hace tiempo que dejaron su impronta, sobran feminismos exacerbados. Ayer, Maria Grazia Chiuri abrió con éxito -y sin tanto mensaje- l a semana de la Alta Costura de París.

Maria Grazia Chiuri
Maria Grazia Chiuri - AFP

Caperucita con capa y capucha negra, princesas medievales, Jane Eyre y su ama de llaves, la película «Los Otros» y delicadisimas bellas durmientes llenaron una escena llena de árboles caducos con hojas tristes y los caminos de hierba.

Combinando música más propia de una película de terror con otras piezas de carrillón, Maria Grazia Chiuri transportó a público y prensa a un bosque encantado, un espacio irreal, tan eterno y clásico como sus vestidos.

Los vestidos de corte medieval, los modelos con mini volantes de tul y los vestidos con dos tejidos sobrepuestos, negro sobre blanco, presidieron una pasarela que recordaba a los históricos desfiles de monsieur Dior pero también, y cómo no, a los maravillosos vestidos de noche de Valentino, la marca donde Maria Grazia Chiuri ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Que su maestría en la ropa de noche tiene pocos parangones, es algo que se demostró ayer, si bien se centró en el blanco y negro, el tul, el plumetti, las telas ricas, las flores y los bordados.

Los detalles y accesorios reinaron en el desfile de esta italiana que heredó la afición por la costura de su madre. A los imperantes y suavizados tutus, les acompañaban tocados de plumas y flores con un «twist» curioso. Las plumas estaban colocadas en las cabezas de las modelos de modos curiosos: mientras en algunos casos se asemejaban a los tocados que puso de moda Maria Antonieta allá por el siglo XVIII, otros parecían sacados del Folies Bergère, y en algunos casos las plumas se enredaban entre si, dando lugar a una especie de cornamenta que podía recordar a las conejitas de Playboy. Los tocados de flores, también pasaban de angelicales a monstruosos, de meras diademas hechas con flores de tela a grandes plantas que asemejaban macetas con orquídeas.

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Las máscaras de carnaval con forma de mariposa hechas en tul bordado, las capuchas, las elegantes mules y los collares con flores de tela daban un toque aún más onírico a un desfile que -por otra parte- incluía piezas muy comerciales. En este bosque encantado, Maria Grazia Chiuri ha sabido plasmar con maestría un estilo femenino pero austero, la exquisitez de monsieur Dior.

Schiaparelli, que ya es parte oficial de la Cámara Sindical de la Costura de París, desfiló con un elenco de piezas surrealistas pero modernas, «factibles», optimistas e incluso ponibles, algo que en su día no era siempre la norma. Bertrand Guyon ha retomado las claves de la marca, entre otras su «shocking pink» y su langosta, sin por ello haber quedado como una mala copia del original. Buen resultado. Y entre tanto desfile, un recuerdo y un triste adiós a Bimba Bosé, una mujer educada, sencilla, valiente, trabajadora y encantadora, que tantos años ha abanderado la moda española. Hasta siempre, Bimba.

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