Las hijas de Tessa de Baviera subastan en Christie’s el legado del Infante Don Fernando

El verano pasado, Crista de Baviera y Mesía fallecía a los 76 años de un infarto mientras pasaba la tarde con sus amigas en su casa de la Colonia de El Viso, en Madrid. La hija del Infante José Eugenio y de la condesa de Odiel no tuvo descendencia con su marido, Juan Manuel Urquijo, y llevó una existencia tranquila y discreta, dedicada al mundo del arte y la pintura. En vida, la prima del Rey Don Juan Carlos se volcó en sus sobrinas Myrta y Sonia Márquez, hijas de su querida hermana Tessa de Baviera. Tras su muerte, quiso que ellas heredaran los tesoros que conservó de sus abuelos, los Infantes Don Fernando de Baviera y María Teresa de Borbón.

Ahora, las sobrinas sacan a subasta en Christie’s de Londres esos recuerdos de tiempos mejores en los que sus antepasados vivían a caballo entre el Palacio Real en Madrid y el palacio de Nymphenburg, en Münich.

«Ver todos esos objetos me genera una nostalgia horrorosa, una añoranza terrible. Mi hermana legó estos recuerdos a mis hijas y ellas han decidido vender algunas de las piezas», explica Tessa de Baviera a ABC. «Es una pena porque yo no las vendería, pero entiendo que ellas quieran hacerlo porque no tienen mucho apego a estas cosas. Además, los tiempos cambian y ya no hay sitio en las casas modernas para colocar algunos de estas piezas», reconoce la aristócrata, una de las mujeres más elegantes de España.

En total se trata de 77 lotes que pertenecieron al Príncipe Fernando de Baviera, Infante de España, Duque de Cádiz y abuelo de Crista y Tessa, y que la casa de subastas Christie’s valora entre 140.000 y 220.000 libras (190.000 y casi 300.000 euros). Entre las piezas más destacadas del remate, que se realizará el próximo 30 de abril en la sala de South Kensington, figuran un retrato de la Reina María Cristina, obra de José Llaneces, tasado en 6.700 euros; un óleo de la Reina Victoria Eugenia realizado por el artista húngaro Philip Alexius de László, valorado en 20.300 euros; y una escultura en bronce de Alfonso XII que podría venderse por 3.300 euros. El conjunto se completa con una colección de miniaturas, porcelanas y muebles del siglo XIX que evocan la grandeza de los Baviera y su vida entre Alemania y España.

Un velo de novia principesco

Una de las auténticas joyas que saldrá a la venta es el velo de novia que utilizó la Infanta María Teresa de Borbón en su boda con el Infante Don Fernando, que tuvo lugar el 12 de enero de 1906 en el Palacio Real de Madrid. Fernando se casó con su prima carnal, hermana de Alfonso XIII, convirtiéndose en el tercer matrimonio consecutivo entre un Wittelbasch y una Borbón en tres generaciones. El velo de encaje belga, hecho a mano en 1860, mide casi dos metros de largo y es una de las piezas con mayor valor sentimental de la subasta. Según Christie’s, podría venderse por 6.700 euros.

«Como le dije, todos esos recuerdos tienen muchísimo valor sentimental para mí, no podría verlos porque me invade la nostalgia. Imagínese que yo me llamo María Teresa en honor a mi abuela, que se casó con ese velo», concluye la princesa de Baviera, que entiende que sus dos hijas, fruto de su matrimonio con Alfonso Márquez Patiño, tercer hijo del duque de Grimaldi y cónsul de Mónaco en Marbella, se desprendan de objetos tan antiguos.

Myrta Márquez y Baviera nació en 1965 y sus padrinos fueron los entonces Príncipes Don Juan Carlos y Doña Sofía. La hija menor del matrimonio, Sonia, nació en 1969. La primogénita se casó en 1994 con Pedro Escudero Aznar, emparentado con las mejores familias de la alta burguesía del País Vasco. Por su parte, Sonia se casó con el financiero Miguel Matossian y Ossorio. Curiosamente, esta última trabajó durante muchos años para la casa de subastas Sotheby’s, y ahora remata los bienes de su bisabuelo en la competencia.

Íntima de la Infanta Elena

Sonia, gran conocedora del mundo del arte, es una de las mejores amigas de la Infanta Doña Elena. La estrecha relación entre ambas data de su más tierna infancia. Algunos medios han publicado que la hija de Tessa de Baviera fue quien alquiló a los entonces Duques de Lugo un apartamento en París frente al Louvre, cuando estaban recién casados. Según algunas publicaciones, el marido de Sonia no solo habría ejercido de casero, sino que también habría ayudado a que Jaime de Marichalar, que ya trabajaba en la banca, fuera fichado como «manager senior adviser» del Crédit Suisse First Boston. Sin embargo, personas cercanas al matrimonio Matossian han desmentido a ABC estas versiones.

La hermandad entre Sonia Márquez y la Infanta rinde tributo a los siglos de unión entre los Baviera y los Borbón. Su tía Crista era la guardiana de muchas de las joyas de ambas dinastías. Antes de que fueran a subasta, las compraba ella. Ahora, ese joyero con siglos de historia y de incalculable valor económico también ha pasado a manos de sus dos sobrinas. Y, estudiando el catálogo de Christie’s, parece que por el momento no está a la venta.