Así te sabotean los pensamientos tóxicos y el cortisol

Si los niveles de cortisol se mantienen altos demasiado tiempo, aumentan el riesgo de obesidad, depresión, diabetes tipo 2, hipertensión, insomnio y hasta cansancio crónico

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El estrés no es malo. Te permite reaccionar en situaciones difíciles. Lo hace estimulando la producción de cortisol u hormona del estrés. ¿Problema? Que si los niveles de cortisol se mantienen altos demasiado tiempo, aumentan el riesgo de obesidad, depresión, diabetes tipo 2, hipertensión, insomnio y hasta cansancio crónico.

Estos métodos pueden ayudar a mantener el cortisol a raya:

Aprende a detectar los pensamientos tóxicos. Rumiar experiencias negativas aumenta los niveles de cortisol incluso durante días. En cambio, pensar en vivencias positivas ayuda a reducirlos. ¡Tú decides qué prefieres! (El mindfulness puede ayudarte en esto, enfocando tu atención en el presente.)

Recurre a la respiración profunda, los masajes, el yoga, el tai chi o la música relajante.

Todas y cada una de esas técnicas ayudan a reducir el estrés y los niveles de cortisol.

Diviértete y ríete. Todo lo que aumenta el bienestar reduce el estrés. Se ha comprobado que cuando nos reímos, hacemos vida al aire libre o dedicamos tiempo a nuestros hobbies los niveles de cortisol se reducen.

Rodéate de gente positiva. Un dato útil: la cantidad de cortisol en un cabello depende de los niveles de cortisol en cada fase de su crecimiento. Eso ha permitido saber por ejemplo que los niños con familias estables y cariñosas tienen niveles de cortisol más bajos que los de familias conflictivas. Lo mismo pasa con las parejas, los amigos y las relaciones laborales. El apoyo de personas afectuosas reduce los niveles de cortisol. Las relaciones tóxicas los aumentan.

Duerme seguido. Dormir de día en vez de por la noche (como en los turnos de trabajo nocturnos) aumenta los niveles de cortisol. Incluso interrupciones breves del sueño los incrementan. Para dormir mejor, sigue horarios de sueño fijos y elimina todas las fuentes de luz y de ruido en tu habitación.

Muévete más. La actividad física moderada reduce los niveles de cortisol. En cambio los ejercicios de alta intensidad los aumentan a corto plazo (aunque luego los disminuyen).

Adopta un perro o un gato. El contacto con animales de compañía reduce los niveles de estrés y cortisol a cualquier edad. Un estudio indica incluso que la compañía de un perro ofrece más apoyo que un amigo en una situación estresante. Un plus que me encanta: perros y gatos también se benefician del contacto positivo con humanos.

Reduce el azúcar. Aunque comer algo dulce calma la ansiedad a corto plazo, los azúcares estimulan la liberación de cortisol y favorecen la obesidad a la larga. En cambio, el chocolate negro, las frutas, el té, los prebióticos, los pescados ricos en omega-3 y los suplementos de ashwaganda (planta de la medicina ayurvédica) ayudan a mantener el cortisol a raya.

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