Consuelo Ordóñez y Ana Iríbar, hermana y viuda de Gregorio Ordóñez, durante el homenaje
Consuelo Ordóñez y Ana Iríbar, hermana y viuda de Gregorio Ordóñez, durante el homenaje - EFE

Consuelo Ordóñez: «Se manipula la historia, se diluye la bala que mató a mi hermano en un mar de violencias»

La presidenta de Covite carga contra el Gobierno vasco en el 21 aniversario de la muerte de Gregorio Ordóñez

BILBAO Actualizado: Guardar
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«Hoy apedrean nuestra razón con millonarios planes de paz y convivencia previstos para una comunidad en la que no ha habido guerra sino terrorismo, donde el demócrata siempre ha sabido convivir y el que necesita lecciones de convivencia reivindica la radicalización desde instituciones públicas. Hoy se manipula la historia, se diluye la bala que mató a mi hermano en un mar de violencias; muchas por supuesto ilegítimas, pero que nada tienen que ver con el terrorismo, con la característica diferencial del País Vasco, con la intención de imponer un proyecto político mediante el tiro en la nuca».

Con estas palabras ha cargado Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, contra el Gobierno vasco durante el homenaje a su hermano Gregorio, en el 21 aniversario de su asesinato por ETA, celebrado esta mañana en el cementerio de Polloe (San Sebastián).

Una crítica motivada por los planes de un ejecutivo, el encabezado por el lendakari Iñigo Urkullu, que apuestan por no hacer distinciones entre víctimas, bien sean producto de la violencia etarra, el GAL o la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Al acto han acudido representantes políticos como los ministros en funciones de Sanidad, Alfonso Alonso, y Educación y Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, así como el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, entre otras autoridades. En su discurso, Consuelo Ordóñez ha confesado que el de «hoy es un día difícil no tanto por el recuerdo de una bala cerrando los ojos de mi hermano para siempre. Es un día difícil porque esa bala no ha servido para que 20 años después nosotros abramos los ojos y luchemos por lo que Goyo intentó conseguir a sabiendas de que lo iban a matar. Hablo, sencillamente, de dignidad. Una sociedad digna, una ciudad digna o un país digno deben luchar contra la barbarie, pero, hoy más que nunca, también contra su legitimación en el plano moral, educativo o social».

«A Goyo lo mataron porque luchaba con todo lo que tenía contra el pistolero del pasamontañas y contra el “pistolero verbal”, que era como llamaba a quienes, desde el mundo de la política, generaban empatía hacia terroristas, justificaban asesinatos selectivos y se negaban a condenar el historial de terror de ETA», ha recordado. «Hoy, lamentablemente, la clase política, salvo honrosas y escasísimas excepciones, está más preocupada por las formas que por el fondo, por los problemas de los partidos que por los problemas a los que deberán enfrentarse las nuevas generaciones si no ponemos remedio de inmediato».

Ordóñez ha censurado que ocupe un escaño en el Congreso de los Diputados la representante de Bildu Marian Beitialarrangoitia, «alguien que no solo pidió “un chaparrón de aplausos” para asesinos de seres humanos. Además de negarse a condenar el terrorismo, todos los españoles pagamos su sueldo para que, desde la honorabilidad que da un escaño en el Congreso, alabe a diario el compromiso de miembros de ETA con una causa que califica de justa».

«Mi hermano defendía “el aislamiento de los violentos”. Con dolor, hoy debo decir que ese objetivo ha perdido peso y significado en Madrid y en Vitoria, desde partidos de izquierdas hasta de derechas», ha lamentado la presidenta de Covite.

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