Los vaivenes de la exjuez Carmena ante el conflicto catalán

La alcaldesa cedió Cibeles para un acto a favor de la independencia, ve «inevitable» el 155 pero no condena la DUI

Manuela Carmena, junto a Raúl Romeva, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras ABC
Carlos Hidalgo

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El hecho de que Manuela Carmena tenga a sus espaldas medio siglo dedicado a las leyes y varias décadas de todo ese tiempo haya ejercido incluso como juez no se ha cristalizado en una opinión muy clara sobre el conflicto con Cataluña . Al menos, eso es lo que transmite en sus distintas intervenciones públicas al respecto. Los más críticos consideran que esa ambigüedad podría ser calculada, para contentar a su electorado.

Los vaivenes de la regidora de la capital son ya un clásico, también en este asunto. El primer capítulo del sainete tuvo lugar el 22 de mayo, cuando se celebró en una sala de CentroCentro, en el Palacio de Cibeles, una conferencia del entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont , para defender el referéndum ilegal que se celebró el pasado 1 de octubre. El Consistorio cedió el espacio a cambio del pago de 4.235 euros . Además de la polémica generada por este hecho, la regidora no tuvo empacho en recibir en dependencias oficiales a parte del Govern en pleno pulso a la Constitución y fotografiarse con ellos.

El siguiente episodio tuvo como escenario la Nave de Terneras de Matadero, otro espacio municipal. O, mejor dicho, estuvo a punto de tenerlo. Porque, de nuevo, el Consistorio cedió (esta vez, gratuitamente) un lugar para dar propaganda a un referéndum que había sido ya suspendido por el Tribunal Constitucional. Los peticionarios eran la plataforma Madrileños por el derecho a decidir, englobados bajo la entidad La Comuna y que dirige una asesora de los abertzales de Bildu y que, además, es cabecilla de la antisistema Coordinadora 25-S.

Aunque la cesión de Matadero compete en primer lugar a Rommy Arce (concejal del distrito de Arganzuela, donde se encuentra el espacio), el Equipo de Gobierno vio con buenos ojos esa cesión. Pero fue un juez quien prohibió que el evento se celebrara en un lugar de titularidad pública, habida cuenta del carácter ilegal de lo que lo motivaba. Fue entonces cuando los organizadores lo trasladaron al Teatro del Barrio, en Lavapiés, de una cooperativa muy cercana a Podemos y que dirige el actor Alberto San Juan.

El tercer acto de esta historia tuvo como escenario el Pleno de Cibeles. Manuela Carmena dio una de cal y otra de arena, por aquello que intentar quedar bien con unos y otros, aunque el resultado no pudo ser más polémico. Por un lado, publicó el siguiente «tuit»: «El [artículo] 155 es el fracaso de la política, una medida indeseable e inevitable . Cataluña quiere ser escuchada y de alguna forma habrá que hacerlo». Pero, a la hora de condenar la declaración unilateral de independencia, su grupo se abstuvo.

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