ISABEL PERMUY

La Noche de los Libros: durmiendo con Don Quijote

La víspera del Día del Libro acogió numerosas actividades con el IV centeario de la muerte de Cervantes como eje

Madrid Actualizado: Guardar
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«El que lee mucho y anda mucho ve mucho y sabe mucho». La frase, recogida en «El Quijote», es la síntesis de cuanto ofreció ayer La Noche de los Libros, rico homenaje a Miguel de Cervantes por el cuatricentenario de su muerte. La consideración, sin embargo, no se reduce al genial escritor; atiende tanto a la variedad de los actos como al enorme escenario que los acogió, desde el paseo del Prado hasta Sol y con guiños paralelos a tradición y vanguardia.

Una de las novedades más alabadas de esta undécima edición fueron los versos de Pablo Neruda en la Puerta del Sol, proyectados con láser cuando el histórico reloj de la plaza marcaba las 22.00 horas. El jueves, sobre la fachada de la Real Casa de Correos, hubo un adelanto con referencias a Mario Benedetti, entre otros.

«Te espero cuando la noche se haga día», se leyó en la sede del Gobierno regional.

Entre lecturas, aventuras y viajes a lugares inalcanzables, amaneció en la capital, después de horas de actividades. Tantas hasta alcanzar las seiscientas. Como es habitual, en el Círculo de Bellas Artes se leyó «Don Quijote de la Mancha», desde las 18.00 horas y sin cortes. El escritor mexicano Fernando del Paso, flamante Premio Cervantes, hizo la primera lectura y, tras él, desfilaron numerosas personalidades como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena; o el ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones , Íñigo Méndez de Vigo. También se escuchó en el auditorio a nombres de la cultura como el poeta Antonio Gamoneda y el director de la Real Academia de la Lengua Española, Darío Villanueva.

La riqueza de la programación, más allá de las sesiones de monólogos, cine y coloquios literarios, se reconoció en todo lo previsto alrededor de la vida y obra de Miguel de Cervantes. Cuatro siglos después de su muerte, en la iglesia de Los Jerónimos, La Grande Chapelle y Schola Antigua interpretaron el Réquiem de Mateo Romero, maestro de la Real Capilla en 1616, fecha del enterramiento del autor.

Bulevar de las Letras

La evolución de las letras de Cervantes, fuente inagotable de inspiración, se concentró en la arteria principal de la Noche de los Libros. En el paseo del Prado, a unos pasos del templo en el que descansan los restos del escritor, la literatura del XVII resucitó como rap, se hizo teatro y los pequeños lectores jugaron con «Letras Gigantes».

Cómo no, el Instituto Cervantes también fue partícipe del homenaje al príncipe de las Letras. Durante toda la tarde, hasta las 22.00 horas, hubo visitas guiadas en la exposición «Miguel de Cervantes o el deseo de vivir».

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