Metro
Último día para comprar un metrobús: llega la nueva tarjeta inteligente de transportes
A partir de mañana, Metro dejará de vender «tickets» en papel; los viajeros tendrán hasta fin de año para gastarlos
En el último siglo y medio de vida, compañero inseparable de millones de viajeros. En las próximas 24 horas, un clásico que pasará a formar parte del paisaje histórico de Madrid. A partir de mañana, las máquinas de Metro dejarán de vender billetes en papel para dar paso a la nueva tarjeta de transportes Multi , sin contacto y reutilizable. Pese a que ya no se podrán adquirir, los usuarios que todavía dispongan de metrobuses podrán utilizarlos hasta el próximo 31 de diciembre.
El transporte capitalino pone fin a un boleto , cuyo primer formato apareció a mediados del siglo XIX. Por 15 céntimos de Real, los pasajeros podían acceder al tranvía de mulas, una diligencia urbana tirada por caballos. En 1919, la inauguración de la primera línea de Metro entre la Puerta del Sol y la barriada de Cuatro Caminos, dejó paso al primer billete del «Metropolitano Alfonso XIII». Un pase de ida y vuelta costaba 30 céntimos. Un importe que se reduciría -10 céntimos el sencillo- con la llegada del billete de la Sociedad Madrileña de Tranvías, en cuyo reverso había espacio para la publicidad de la época.
No sería hasta la década de los cincuenta cuando los viajeros tuvieron la oportunidad de adquirir, al precio de 4 pesetas, un taco de 10 billetes de la recién creada Empresa Municipal de Transportes (EMT). Ya en los años setenta, una pequeña cartulina rosa , con estación de emisión y numeración capicúa, comenzó a hacerse un hueco en las carteras de buena parte de los ciudadanos. En aquel tiempo, otros dos boletos también tuvieron un lugar privilegiado entre el pasaje: por un lado, el billete tipo Hugin habitual en los servicios de Cercanías y, por otro, el billete de taco de una antigua operadora de autobús interurbano anterior a la creación del Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM).
«Cartoncillos» y metrobús
Con un diseño de dimensiones considerables, el bonobús de la EMT -más conocido como «cartoncillos»- de los años ochenta y parte de los noventa fue uno de los más peculiares . El boleto, cuyo color cambiaba cada año, perdía un numerito cada vez que era introducido en la máquina validadora del autobús. Constaba de diez viajes y tuvo un precio de 260 pesetas.
En 1997, se produjo un acontecimiento único en la historia de la ciudad. La llegada del metrobús supuso la aparición de un título de transportes que permitía la realización de diez viajes en los tramos de las redes de Metro y de autobuses urbanos. También en aquella época entró en vigor las tarjetas del Abono Transportes, que servían para acceder a los diferentes servicios de forma personal e intransferible, siempre y cuando se hubiera renovado el cupón mensual.
Billetes, todos ellos, fabricados en papel , que ahora ceden el testigo en una época marcada por la revolución digital en el transporte público madrileño.
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