La pasada edición de San Isidro en Las Ventas atrajo a 620.000 espectadores
La pasada edición de San Isidro en Las Ventas atrajo a 620.000 espectadores - IGNACIO GIL

Los hosteleros de Las Ventas celebran la protección de la Feria taurina de San Isidro

La consideración de «interés general» permite anular los niveles máximos de ruido durante los 31 días de mayo

MADRID Actualizado: Guardar
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El Pleno del Ayuntamiento de Madrid brindó ayer un espaldarazo a la afición taurina y a los hosteleros ubicados en el entorno de la Plaza de Las Ventas. A propuesta del PP, la Feria de San Isidro fue declarada como «de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad de Madrid», por su indiscutible consideración de principal feria taurina del mundo y su proyección cultural, turística y económica para la capital. La moción, que contó con el respaldo del PSOE y Ciudadanos pero el rechazo de Ahora Madrid, supone básicamente que se podrá flexibilizar la Ordenanza de ruido en el entorno del coso de Las Ventas durante los 31 días de mayo.

Para ello, los organizadores de San Isidro deberán solicitar la modificación o suspensión con carácter temporal de los niveles máximos de emisión sonora establecidos.

Los comerciantes y hosteleros de la zona podrán atender con más garantías la masiva afluencia de público, que en muchos locales cuatriplica el aforo coincidiendo con los festejos taurinos.

Los comerciantes de las inmediaciones de la plaza de Las Ventas abrazaron la moción del Ayuntamiento, sabedores de que impulsa su actividad. Toribio Anta, de Casa Toribio, dio la bienvenida a la consideración de «interés general» porque «todo lo que sea ayudar a la Fiesta, bueno será». Este veterano, que lleva 36 años sirviendo en exclusiva el rabo de los toros lidiados en la feria de mayo, puede decir que no fue nunca multado –«mi público no es de escandaleras»–, ni jamás tuvo problema con el vecindario.

Miguel Ángel Martín, del Puerta Grande, sí dice acusar el celo de la Policía Municipal en mayo, cuando los locales cuadriplican el público habitual y pulverizan el aforo permitido. «Me alegro. A ver si así abren la mano con las inspecciones porque yo no he visto tanta severidad cuando hay fútbol», asegura.

El dueño de otro local, que prefiere el anonimato, confirma que las inspecciones aumentan en los días de feria. «Pasan echando fotos porque el público, al salir de la plaza, se concentra en la puerta de los restaurantes. Solo el año pasado recibí tres inspecciones», se duele.

La Feria de San Isidro recibe así el mismo trato que el Orgullo Gay, que hace un mes fue declarado de interés general a instancias del gobierno de Manuela Carmena. El grupo de Ahora Madrid, enemigo declarado de la Fiesta Nacional, votó ayer en contra de esta consideración especial para la Feria de toros de mayo, ya que ésta no se ajusta a su «modelo de ciudad».

La edil Carmen Castell (PP) expuso en el hemiciclo de Cibeles los motivos para que San Isidro alcance esta especial significación. Apeló a argumentos emocionales, al acervo cultural y al dato económico. La de Madrid, recalcó, es la feria taurina más importante del mundo y engloba un consideración «cultural y turística y, en consecuencia, económica». El impacto en la ciudad, dijo, es de más de 60 millones de euros, supone un incremento del 13% en la ocupación hotelera mediay atrae a más de 600.000 personas.

La responsable del Área de Cultura del Ayuntamiento, Celia Mayer, adujo además «problemas técnicos» en la propuesta llevada al Pleno por el grupo del PP. «Técnicamente es inviable», dijo, señalando que la actividad principal –los festejos taurinos– se realiza dentro de la plaza de Las Ventas y no en el espacio público, como es el caso del Orgullo Gay. «La feria dura 31 días y asisten 620.000 personas; el Orgullo dura tan solo cuatro días y asisten un millón y medio», rebatió. Mayer cerró el turno aludiendo a la proyección del World Pride del próximo año, mientras que los toros pierden 4.509 abonados desde 2012, dijo. «El Orgullo cuenta con un consenso social inapelable, mientras que la tauromaquia suscita un debate social abierto en torno al maltrato animal», insistió.

Los otros grupos de la oposición, PSOE y Ciudadanos, acogieron de buen grado la propuesta del PP. La concejal socialista Mar Espinar destacó que, a diferencia de lo que hizo el PP con la votación sobre el Orgullo Gay, ellos apelan al «respeto y el derecho» y «anteponen» los intereses de los ciudadanos. Espinar calificó de «surrealista» la comparativa entre los dos acontecimientos trazada por el equipo de gobierno municipal.

Por el grupo de Ciudadanos, Sofía Miranda valoró el impacto económico de San Isidro en la economía local e indicó que, no se trata de «si gusta o no», sino que las instituciones deben hacer lo posible por «aumentar el impacto indirecto» y beneficiar a los directamente implicados.

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