La historia del palacete okupado por los neonazis: allí murió Millán Astray

Cuentan los libros de historia que desde el día 23 de enero de 1937, Millán Astray, fundador de la Legión Española, era el responsable de la Dirección de Mutilados de Guerra, una institución que se estableció en un palacete del número 107 de la madrileña calle de Velázquez.

También está datado que este militar perdió la vida justo allí, en dicho palacete, algo que recogió en unas líneas el General Carlos de Silva: «Día 1 de enero de 1954; son las primeras horas de la noche y la lluvia cae con fuerza sobre el asfalto. En un piso de la madrileña calle de Velázquez hay un lecho del dolor dispuesto para la agonía. Una mirada vidriosa, apagada, se clava triste en la pared, mientras su única mano se aferra, ya casi sin fuerzas, a un Cristo blanco de marfil».

Pues bien, justo este lugar es el que ayer eligió el colectivo neonazi Hogar Social Madrid para establecerse en la última okupación de un nuevo edificio en la capital. La okupación se produjo apenas quince días después de que fueran expulsados de la antigua sede del NO-DO, ubicada en la calle de Joaquín Costa.

El colectivo ultraderechista, que se ha hecho famoso por prestar ayudas sociales únicamente a españoles, ya ha tomado hasta cinco edificios en Madrid. El primero, en el barrio de Tetuán; después en la vieja sede del Ministerio de Trabajo, en la calle de Bretón de los Herreros; el edificio del Fórum Filatélico, en Ramón y Cajal; y los últimos, en el NO-DO y en el citado palacete.

A los «héroes olvidados»

La nueva okupación, sostienen, es una protesta por la «injusta» expulsión del Ejército de militares no permanentes cuando cumplen los 45 años y por el incumplimiento de medidas de reinserción laboral para estos ex soldados. Desde Hogar Social Madrid aseguran que el palacete, «completamente» abandonado por el Ministerio de Defensa, fue donado a Millán Astray y a la Legión.

«Queremos que la ocupación sirva de reivindicación por aquellos héroes olvidados que lo dieron todo por este país y han sido despreciados por el Estado», aseguraron desde el colectivo en un comunicado, que explica que pretenden denunciar la «injusta» situación de la Ley de Tropa y Marinería Profesional que expulsa del Ejército a soldados, marineros, cabos y cabos primero no permanentes cuando cumplen los 45 años de edad.