El juez llama al orden a Alfonso Basterra por su actitud insolente durante el juicio

La descripción del cadáver de Asunta ha provocado la actitud más abatida de Rosario Porto. Casi tres minutos con la cabeza baja y tapándose el rostro con las manos y el pelo, un gesto que ha repetido mucho durante el juicio y que solo ha desaparecido cuando la contradicción de una testigo favorece a Alfonso Basterra. Ella parece quedarse parilazada. Él reacciona queriendo dar lógica al argumento de su abogada, a su propia defensa. Aunque, durante el juicio, el padre de Asunta ha mantenido su aparente indiferencia. Recostado en la silla, jugando con los dedos, mirando el reloj o dirigiendo la mirada a otros puntos de la sala. Sin ocultar su disconformidad ante algunas declaraciones, incluso, gesticulando de manera despectiva. Insolencia que le ha supuesto una llamada de atención por parte del juez, tras lo cual parece haber optado por la inexpresividad.