El Kanus es uno de los 72 buques que componen la flota del Grupo Nueva Pescanova
El Kanus es uno de los 72 buques que componen la flota del Grupo Nueva Pescanova - CEDIDA
EMPRESAS

La segunda vida de Pescanova

El gigante gallego de productos del mar, que facturó más de 1.000 millones en 2015, vende su mercancía en 80 países

La ampliación aprobada por la mayoría de sus socios ha dotado a la compañía de un capital social de 147,6 millones de euros

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A tan solo unos días de que el Grupo Nueva Pescanova presente los resultados del ejercicio 2016, se respira en el cuartel general de la compañía un aire de tranquilidad y satisfacción por el trabajo bien hecho. No con poco esfuerzo, la firma de productos del mar número uno en España, y una de las más importantes del planeta, logró generar la confianza suficiente para que quienes hoy son sus principales acreedores realizasen una apuesta firme por su futuro. Y las semillas están dando su fruto. La empresa multinacional líder en su sector facturó en el ejercicio 2015 más de mil millones de euros, y si bien la deuda que todavía contrae con quienes rescataron su actividad no le permitirá lucir en verde aún sus cuentas anuales, el camino marcado por su plan estratégico, con horizonte 2020, demuestra ser el acertado.

La ampliación de capital aprobada por la firma alimenticia el pasado mes de abril, y a la que se sumaron voluntariamente el 99% de sus socios acreedores, le ha permitido fortalecer sus recursos propios y reducir su endeudamiento con el fin de dar viabilidad al proyecto global y poder continuar con los planes de desarrollo a corto plazo. Y expresaba su presidente en aquel momento, Jacobo González-Robatto, su agradecimiento «por volver a apoyar, confiar e invertir en el futuro de esta nueva compañía». «Es la segunda vez que, literalmente, salvan este Grupo y la responsabilidad que asumimos para responder a esa confianza es enorme», apuntó.

En la actualidad, sus siete principales accionistas –Sabadell, Caixabank, HSBC, UBI Banca, BBVA, Abanca, y Grupo Banco Popular– cuentan con cerca del 75% de la compañía. Así, la antigua Pescanova S.A., cuya cotización en Bolsa se suspendió en marzo de 2013 y regresó al parqué hace poco más de una semana, es hoy una sociedad de cartera sin actividad que tras la ampliación de capital posee únicamente el 1,65% de la compañía.

El gigante marítimo alimentario lo ve claro. Superados los peores momentos de la crisis de la compañía que emplea a 12.000 personas en todo el mundo, y que ha logrado pese a las enormes dificultades mantener su plantilla intacta, se encuentra en un momento de superación y de realización de mejoras que permitan obtener los resultados deseados. El Plan Estratégico 2020 tratará de alcanzar una facturación de 1.500 millones en ese ejercicio, un crecimiento ambicioso y optimista que según el consejero delegado de la firma, Ignacio González, situará a la compañía en el lugar «de donde nunca debió irse, en el liderazgo mundial de los productos del mar», asegura el directivo. Sus objetivos suponen, además, cuadruplicar su rentabilidad pasando de los 35 millones en 2015 a casi 140 millones en 2020.

Las previsiones para los resultados del pasado ejercicio presuponen que la firma, con una deuda que ronda en la actualidad los 800 millones de euros y que se pagará con la actividad de la compañía, presentará todavía números rojos, así como los del año en curso. No obstante, se espera cumplir con sus ambiciosos objetivos de facturación. Según explica el consejero delegado de la compañía, será el año 2018 el que permita presentar números verdes y contemplar así la posibilidad llevar a cabo otras acciones claves para la compañía, como la salida a Bolsa o la entrada de un socio industrial en los años 2019 ó 2020.

La marca, un tesoro

Esta firma de alimentación, que ha mantenido su nombre de marca y que cuenta con un posicionamiento que ha resistido los avatares del destino con enorme fortaleza, constituye un monstruo empresarial de éxito, con una comercialización de productos en 80 países de todo el mundo. En cuanto a la marca, Pescanova, el nuevo plan ha contemplado también una unificación en todos los países con el objetivo de potenciar el sentimiento de pertenencia al Grupo. «Pescanova es una marca muy querida, que ha estado ahí toda la vida, que ha sobrevivido a la crisis de la anterior empresa y aún así sus ventas no se han visto afectadas», explica el consejero delegado de la compañía, Ignacio González. «Estamos trabajando en rejuvenecerla, en darle un aire más fresco, más dinámico, con una nueva imagen y una nueva forma de comunicar. Queremos seguir manteniendo a nuestro consumidor fiel de toda la vida, pero también llegar al público joven, al que abre la nevera varias veces al día y muy poco el congelador», añade.

La empresa gallega de productos del mar, que desarrolla sus negocios en toda la cadena de actividad del sector –pesca, cultivo, elaboración y comercialización– es uno de los principales productores de langostinos del mundo y cuenta con fábricas en 11 países. La empresa ha realizado, además, una importante apuesta por la acuicultura como una forma de garantizar la sostenibilidad de los recursos marinos. Del consumo mundial de pescado en la actualidad, el 50% proviene de este sistema de cultivo. En el caso de la compañía con sede en Chapela el 40% de sus ventas proceden del ámbito de la acuicultura.

Este monstruo empresarial se encuentra en un proceso de cambio, en un momento de su historia en el que debe mostrar sus virtudes y su saber hacer y en el que nada se da por supuesto, no obstante, la actividad del grupo y la confianza de sus acreedores reflejan la fortaleza de una empresa líder, con futuro. «El Grupo Nueva Pescanova que nació en 2015, está inmerso en un ambicioso proceso de transformación de la multinacional pesquera de antes del concurso de acreedores. El Plan Estratégico 2020 tiene cuatro pilares: crecimiento de ventas, reducción de costes, optimizar los niveles de ocupación en nuestras fábricas y que la compañía saque partido de la integración de todas sus empresas en una sola», apunta González a ABC.

«Uno de nuestros objetivos es que el Grupo Nueva Pescanova venda más y mejor, con más ingresos y con más rentabilidad. Para ello apostamos por cinco mercados que consideramos estratégicos: España, Portugal, Francia, Italia y EE.UU., aunque seguiremos vendiendo en los 80 países donde ya lo hacíamos», añade. España y Portugal conforman actualmente el 50 por ciento de la cifra de negocio de la compañía.

El plan estratégico del grupo cuenta con una inversión de 125 millones de euros, de los que 42,5 millones se destinarán a la renovación de la flota (que actualmente está compuesta por 72 buques), 9 millones a sistemas de información y 4,5 millones se dedicarán a la puesta en marcha del Pescanova Biomarine Center, el Centro de I+D+i en Acuicultura que la empresa va a crear en las instalaciones de O Grove y «que se convertirá en referente mundial en la investigación de nuevas especies en acuicultura», señala el consejero delegado de la firma.

Nueva flota

Respecto a la renovación de la flota, la empresa se plantea la construcción de entre 7 u 8 navíos para mejorar su actividad pesquera. En marcha están ya los contactos con varios astilleros «de aquí y de fuera» en busca de las mejores ofertas. Según explica la compañía, entre los meses de julio y agosto se conocerán previsiblemente tanto el número de embarcaciones a construir como los astilleros que las llevarán a cabo.

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