Los paraguas dieron algo de colorido a un Obradoiro engalanado para la ocasión
Los paraguas dieron algo de colorido a un Obradoiro engalanado para la ocasión - Miguel Muñiz
TOMA DE POSESIÓN

«Hay que mojarse»

Feijóo agradeció a los asistentes su presencia en un acto en gran parte deslucido por la lluvia compostelana

Santiago Actualizado: Guardar
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Galicia ha vivido en este 2016 uno de los veranos más secos y calurosos que se recuerda. El otoño, hasta ahora, había seguido la misma tónica, y hasta casi la semana pasada pasear por el empedrado compostelano en mangas de camisa no suponía ninguna temeridad. Ya es puntería de la mala que sea el día en el que Santiago recuperó su identidad meteorológica de cielo gris plomizo y chuzos de punta cuando Alberto Núñez Feijóo también resucitó la ceremonia de un gran acto al aire libre tras la toma de posesión del presidente de la Xunta. «Hay que mojarse por Galicia», bromeó el líder popular desde el estrado, para apostillar que «en el futuro los países ricos no serán los que tengan petróleo, sino los que tengan agua».

Era el día del presidente, y tan solo una figura fue capaz de arrebatarle alguna parte de la atención que se podía esperar que captase. Ella fue Eva Cárdenas, su pareja, poco dada a aparecer en público, por lo que incluso las cámaras de la realización del evento se mostraron pendientes de ella durante todo el evento. Estuvo flanqueada en todo momento por Sira y Micaela, madre y hermana del de Os Peares, que no pudieron contener la emoción cuando el protagonista evocó a Saturnino Núñez, el padre de la familia fallecido este año.

Ayer era otro día para fijarse en los asientos del público, y volver a ser consciente de que el respeto institucional es una cuestión que lleva tiempo quedándose demodé. Fueron más los exalcaldes de ciudades gallegas que acudieron a la toma de posesión que actuales regidores. De las siete urbes, solo el popular Jesús Vázquez y el populista Martiño Noriega atendieron la llamada de la cita. Más institucionales fueron las diputaciones, de las que solo faltó la pontevedresa Carmela Silva. El tándem socialista que forma con Abel Caballero al frente de la primera ciudad de Galicia se ausentó al completo. Los que no faltaron fueron el considerado como «padre político» de Núñez Feijóo, el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, o autoridades como la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor.

De las «fuerzas vivas» de la sociedad gallega —congregadas en O Hórreo— Feijóo pasó en cuestión de minutos a acudir al Obradoiro para aparecer ante los entusiastas que hicieron frente al frío y a la lluvia para verle ya nombrado presidente por tercera vez.

El broche de oro de la solemnidad lo brindaron el barítono Borja Quiza y la soprano Teresa Novoa poniendo voz al himno gallego y la música de la Real Banda de Gaitas de Orense. Un acto breve y sentido, para que Feijóo volviese a pisar la calle y pudiese mojarse junto a los suyos.

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