En Marea aplaza el debate sobre quién debe liderar la confluencia

Todo lo tuvo aquella escena. Los treinta y cinco integrantes recién electos del Consello das Mareas, reunidos en el local de Compostela Aberta en la plaza santiaguesa del Toural. Afuera, Xosé Manuel Beiras agotando una copa de vino, agazapado en su sombrero de ala corta, a escasos metros de la farmacia de la familia Bescansa. Y fluyendo hacia la Alameda, una manifestación convocada por la CIG, trufada de excompañeros de algunos «mareantes». Todo así por separado, fue lo más simbólico del cónclave de En Marea, a sabiendas de que el partido instrumental aplazó el debate sobre quién debe ser la persona —o personas— que lo lideren. «No nos parecía prudente en el mismo día hacer todo», aclaró el portavoz parlamentario, Luís Villares.

Fue una «toma de contacto», se aventuró ya desde media mañana. Un encuentro sin orden del día cerrado. Constituida la primera ejecutiva permanente y cerrada la voluntad unánime de diseñar un comité de garantías, todos a casa. A mayores, el Consello dio su visto bueno a la creación de un área de Acción Estratéxica y otra de Coordinación: las cañerías de una vivienda que aspira a ser la de toda la izquierda radical gallega, pero que no encuentra todavía los cimientos.

Villares, avanzó en la previa de la reunión que su equipo buscaría la «cooperación a partir de los puntos en común» para extenderla a la «coordinadora, el comité de garantías y las portavocías». La redacción de un documento político en conjunto con las listas derrotadas —«Somos Quen» y «Queremos Participar»— mereció más matices. El magistrado en excedencia aseguró que «los marcos principales» de esa hoja de ruta tenían que pasar por las tesis de su candidatura, la ganadora «Máis Alá», sin «ignorar que en un proceso dialogado como el que pretendemos habrá que integrar las propuestas políticas de otros documentos».

La apuesta echa por tierra el planteamiento con el que «Somos Quen» y «Queremos Participar» llegaban al Consello. La exparlamentaria de AGE después integrante del Grupo Mixto, Consuelo Martínez, dejó claro que «como en todo proceso democrático» el proyecto político de En Marea tiene que nacer de «una fusión» de los tres programas que se presentaron a las primarias. En todo este proceso, Martínez —afiliada de Cerna— y su entorno intentan maximizar su capacidad de influencia en la ejecutiva. Su candidato para llegar a la portavocía sigue siendo Luís Villares.

El diputado autonómico y cabeza de lista de «Somos Quen», Davide Rodríguez, también mantuvo que «lo ideal» era llegar a una posición compartida para elaborar una estrategia política y los órganos de dirección. «Es una cuestión que vamos a decidir de forma interna», valoró. El partido matriz de Rodríguez, Anova, está pendiente de abrir su propio proceso interno. La entrada de Beiras, su máximo dirigente, en el órgano ejecutivo de En Marea le obliga a tener que renunciar a uno de sus cargos. Y con el ex alcalde de Manzaneda (Orense) también en el Consello, la formación escindida del BNG tendrá que buscarse a su propio referente a medio plazo.