El líder de Podemos Galicia se rebela contra Pablo Iglesias

No se da por enterado. Breogán Riobóo replicó a la disolución de la dirección de Podemos Galicia con un conato de rebelión que está por ver cómo acaba. Ufano, recordó que pese a todo continúa siendo el secretario general gallego. Para justificarse exhibió el documento remitido ayer por la dirección estatal que le comunicaba la liquidación de su cúpula regional y apuntó que en él no se le menciona. Su pulso a Madrid fue contestado por el responsable estatal del aparato, Sergio Pascual. «El señor Riobóo es libre de presentarse o no presentarse al nuevo proceso interno que convocó Pablo Iglesias en el marco de una reunión del Consejo de Coordinación Estatal, como corresponde a su competencia —manifestó—.

Si no se presenta, tendremos un secretario general en Galicia tan pronto como se ponga en marcha ese proceso electoral», que impulsará una gestora cuya creación se prevé «lo antes posible».

En todo caso, fuentes de la dirección de Podemos explicaron que nominalmente Riobóo sigue siendo secretario general, pero «en el momento en el que se disuelven los órganos de dirección, las competencias de dirección política y orgánica del partido pasan a ser competencia de un equipo técnico, en este caso, que decide la ejecutiva estatal», explicó la diputada Ángela Rodríguez, una de las críticas con la gestión del líder gallego.

Con los estatutos bajo el brazo, Riobóo compareció antes los medios para dejar en evidencia los procedimientos internos de Podemos. Con constantes apelaciones a la democracia y al «poder de la gente» como fuente de legitimidad, Riobóo relató cómo se enteró de la disolución de los órganos colegiados de Podemos y calificó de «curioso» que este órgano estatal «supiera» el 8 de febrero que los diputados de En Marea y su senador iban a dimitir al día siguiente, en referencia a este pasado martes. Además, precisó que a él no se le comunicó esta decisión hasta el propio día 9.

Las críticas a la dirección estatal de Podemos fueron un poco más allá. A su juicio, las dimisiones de los últimos días que desencadenaron la disolución de la dirección gallega son la consecuencia de sus críticas a la confluencia electoral con Anova y EU, una maniobra orquestada desde el entorno de Pablo Iglesias. «Es una cuestión de realidad», reconoció a la prensa.

Lejos de variar su criterio, defendió que deben ser «las bases» las que decidan cómo concurrir a las elecciones autonómicas, frente a la postura explicitada por el propio Pablo Iglesias, que manifestó que será sí o sí con la fórmula de En Marea. «Haré todo lo que esté en mi mano para que la gente de Podemos Galicia sea la que decida», insistió, tras lo que aseveró que él se limitó a exponer los escenarios posibles que se abren —ir en solitario o concurrir con alianzas—. Asimismo, apeló los acuerdos de Vistalegre para defender que los inscritos de Podemos sean los que decidan.

El futuro de En Marea

Tras la polémica desatada por la disolución de la cúpula gallega del partido, las confluencias de Podemos en la Comunidad volvieron a apostar por el futuro de la fórmula electoral. Desde Anova, Martiño Noriega, aseguró que «el relato de En Marea» y «el camino de la confluencia» está «absolutamente garantizado» independientemente de la situación de Podemos en Galicia, insistiendo en que no tiene «duda» de que la implicación de esta formación en el proceso «será importante». En términos similares se manifestó el alcalde rupturista de Ferrol, Jorge Suárez. El regidor manifestó que «cualquier persona con altura de miras, responsabilidad social y con mentalidad de sumar fuerzas» no puede entender las posiciones del líder en Galicia de Podemos, Breogán Riobóo, que tiene «miedo» de no encabezar una lista en las autonómicas.

Y finalmente, tanto el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, como la diputada Rodríguez volvieron a reivindicar el proyecto de En Marea como «una fórmula de éxito» que permitirá ganar las elecciones autonómicas el próximo mes de octubre.