Fomento destina a Galicia la inversión más elevada en líneas de Alta Velocidad

La lectura de Galicia de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), presentados ayer en el Congreso, es un cuadro de claroscuros. En mitad de un desplome generalizado de la inversión territorializada —un 22% menos que en 2016—, la Comunidad tendrá que conformarse con 443 millones menos, hasta percibir una cifra total de 924,6 millones. O lo que es lo mismo, padecerá un recorte del 32,4% que ha indignado tanto a las fuerzas de la oposición como ha despertado una moderada satisfacción en el Gobierno gallego. Sobre todo, porque el análisis de la letra pequeña deposita mejores noticias sobre la llegada del AVE a Galicia. De la inversión que el Ministerio de Fomento prevé sobre el conjunto de los corredores de Alta Velocidad, la conexión del Noroeste con la Meseta se llevará la mejor parte: 728 millones.

El Estado cumple así su promesa de proyectar las partidas suficientes para que Orense abrace la llegada del AVE en el tercer trimestre de 2019. De cerca, le sigue la planificación del corredor Mediterráneo, la infraestructura que media entre el Gobierno central y la Generalitat para pacificar el desafío soberanista. Recibirá 715 millones.

«Con esta cuantificación, se permitirá seguir avanzando en el gran objetivo de tener el AVE», defendió el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, al poco de conocer los primeros esbozos del proyecto de ley. «Las cifras de la inversión son particularmente bastante buenas», rubrica el diputado popular por Orense, Celso Delgado, y presidente de la Comisión de Fomento en el Congreso. La provincia de As Burgas, auténtico nodo de la red noroeste, será la más beneficiada de toda España en infraestructuras del ferrocarril. Dentro de sus límites, se prevén ejecutar 477 millones, casi la totalidad (461) los empleará Adif para sufragar los trabajos del tramo Olmedo-Lubián-Orense.

En total, en Alta Velocidad, el Gobierno reservará 481 millones de euros para Galicia. La Comunidad, un año más, vuelve ser referente en la inversión AVE.

«Es una obra que va a durar siglos», reivindica Delgado, en conversación con ABC. La prolongarán los tramos, también recogidos en el PGE, que siguen hasta Lugo, y la variante de Cerdedo que da entrada al AVE en Vigo — en fase de tramitación ambiental—.

Vaso medio lleno

De los 924 millones que el Estado distribuirá en proyectos para Galicia, el 97% (898) vendrá de la mano del Ministerio de Fomento ; a los que habrá que sumar 138 millones para actuaciones extrapresupuestarias, como las obras en las autopistas. Será a la cartera de Íñigo de la Serna la que le toque lidiar con un importante descenso del gasto en infraestructuras —en primer lugar— y con las reacciones quejumbrosas de buena parte de los presidentes autonómicas. En la avanzadilla, el valenciano Ximo Puig, que no ofreció reparos a la hora de compararse con la Comunidad gallega.

Su principal queja responde a que Galicia recibirá un 10,8% de la inversión territorializada, con un peso poblacional del 5,8% dentro de España; mientras que la Comunidad Valenciana gestionará un 6,9%, con un 11% de los habitantes del Estado. Encendidos como están los agravios entre regiones, la Xunta y el PP se decantan por ver el vaso medio lleno. Cierto es que Galicia se deja 443 millones por el camino —en 2016, recibió 1.367—, pero se sitúa como la segunda autonomía en el cómputo por habitante, y en el quinto peldaño, si atendemos a las cifras absolutas.

Haciendo un estudio de la limitada ejecución presupuestaria de 2016, hay una diferencia positiva respecto a lo diseñado para este ejercicio. Por ejemplo, de un 77% en infraestructuras ferroviarias —el margen entre los 335 sustanciados en 2016 y los 596 proyectados ahora—. Del mismo modo ocurre con las carreteras. Se ejecutaron 124 millones, casi la mitad menos (48%) que los 185 contemplados en los nuevos PGE.

Precio de la sumisión

Como estaba previsto, la oposición hizo un análisis en las antípodas. Manuel Lago, de En Marea, cree que las cuentas del Gobierno central son «antisociales y maltratadores de Galicia». «Es indignante, Rajoy le toma el pelo al presidente Feijóo, y él nos lo toma a todos los gallegos», valoró.

En la bancada nacionalista, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, suscribió este «agravio» del Estado pero poniendo énfasis en las relaciones que Feijóo mantiene con Moncloa. «Su sumisión tiene un coste muy elevado: 442 millones de euros». Para la dirigente nacionalista, este recorte se vuelve como «una bofetada en la cara de todos los gallegos».