Feijóo pide que se agilice el encargo de las fragatas F-110 a Ferrol

El presidente de la Xunta destaca que si se cumplen los plazos, puede haber «un contrato millonario» en Navantia

Aberto Núñez Feijjóo y Cristóbal Montoro, reunidos ayer en Madrid EFE

MARIO NESPEREIRA

El futuro del naval en Ferrol estaba marcado en rojo en la lista de asuntos que Alberto Núñez Feijóo quería abordar en su viaje a Madrid. El presidente de la Xunta visitó la capital para sustanciar, con los ministros «económicos» Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, varios proyectos de futuro para Galicia. Uno de ellos, primordial, es la construcción de varias fragatas F-110 que la crisis obligó a postergar, pero que podrían descubrirse como un necesario bálsamo de estabilidad para los astilleros de Navantia .

Feijóo compareció ante los titulares de Hacienda y Economía con un objetivo, un horizonte, en mente: que los Presupuestos Generales del 2018 contemplen el encargo de las dos embarcaciones de la Armad a. El Gobierno gallego confía en que, una vez que éstas se recojan en las cuentas, se reanude el desarrollo de un trabajo por el que los ferrolanos suspiran. «Las fragatas son muy importantes», resaltó un Feijóo «muy esperanzado» con que las cuentas públicas del Estado incorporen fondos suficientes, eso sí, si la Marina finaliza «a tiempo» los diseños. «Si todos cumplimos los plazos reglamentarios, puede haber un contrato multimillonario en los astilleros gallegos» . El desembolso total «no creo que baje de los 4.000 millones de euros», cifró. La Xunta estima que la apuesta industrial será capaz de crear alrededor de 1.300 empleos de forma directa, 2.100 en las empresas auxiliares de la Comunidad; y un global de 3.600 puestos por vía indirecta.

Las estimaciones del Ministerio de Defensa inciden en esa línea. En un documento público que desmenuza el contenido del programa «Fragata F-110», el Estado calcula que por cada euro inyectado en Navantia, «se genera una demanda total agregada en la economía de 3,1 euros» . Los pronósticos de Defensa tienen en cuenta la globalidad del encargo —cinco buques en total— pero para Ferrol puede tener un efecto añadido.

La administración autonómica entiende que los barcos serán un incentivo para que Navantia camine hacia su renovación tecnológica. Hacia su propia sostenibilidad en el futuro. El Ejecutivo de Feijóo ayer que la construcción de fragatas de última generación puede garantizar carga de trabajo hasta la segunda mitad de la década de 2020 e incentivar de paso la renovación tecnológica en un astillero que busca dar carpetazo a la época negra de la recesión. Fue la crisis la culpable de que Ferrol tuviera que pasar las hojas del calendario sin que los plazos de las fragatas llegaran a concretarse en el tiempo.

Ahora el Ministerio maneja, para la primera de las fragatas —la F-111— un cronograma según el cual la orden de ejecución se firmará durante el 2018 . Posteriormente llegará la conocida como revisión preliminar de diseño, programada en el primer semestre de 2019. Seis meses más tarde, turno para el comienzo de los trabajos.

Fondos Feder

Navantia aparte, el contenido de las reuniones estuvo trufado de nombres propios: PSA, Delta Vigo, Goodleit... O lo es que lo mismo: automoción, aeronáutica e industria agroalimentaria. Feijóo solicitó a la vertiente económica de la Moncloa que se aceleren los trámites para el acceso de estas y otras empresas a los fondos regionales de la UE (Feder) . El mandatario autonómico pretende que «se vean con rapidez» los expedientes, ya autorizados por la Xunta, y así Bruselas pueda dar carta de naturaleza a los recursos. «Hablamos de empresas que se quieren ampliar en Galicia o quieren incorporarse al tejido productivo». De dar facilidades, en fin, para todas las personas que pretenden desarrollar sus perspectivas profesionales en la Comunidad.

Cambios en el catastro

En la agenda de Feijóo, además, hubo tiempo para reclamar una modificación del IRPF al sector de la batea y para abordar un asunto habitual en las realidades pequeñas del rural . El Gobierno gallego requiere que los afectados por los procesos de concentración parcelaria puedan acceder, a través del catastro, a los títulos de propiedad de sus parcelas.

El problema, que viene condicionado por «dificultades técnicas y legales» , tiene visos de agravarse por el envejecimiento poblacional y el abandono de los pequeños núcleos. En este tipo de contextos, resulta cada vez más complejo hacer un seguimiento de los propietarios reales de los solares. Y los «marcos» acaban por desdibujarse.

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