Imagen de «The art of the deal»
Imagen de «The art of the deal» - ABC
Carlos Madrid, director de La Cabina

«Vamos a lanzar una campaña para que los Oscar y los Goya abran un apartado de mediometrajes»

La IX edición de La Cabina, que arranca el jueves, estrenará a nivel mundial una parodia sobre Donald Trump protagonizada por Johnny Deep

VALENCIA Actualizado: Guardar
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Agárrense, que la IX edición del festival internacional de mediometrajes La Cabina viene con curvas. El jueves 3 de noviembre, una gala en el Palau de les Arts dará inicio a una apretada agenda de proyecciones, uno de cuyos platos fuertes es el estreno de “The art of the deal”, una parodia política dirigida por Jeremy Konner sobre el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump. Esta producción, protagonizada por Ron Howard, Alfred Molina y un Johnny Deep irreconocible bajo kilos de látex y maquillaje, tendrá un único pase en la Filmoteca de Valencia el 8 de noviembre, coincidiendo con los comicios norteamericanos.

Dentro de la Sección Oficial –a la que este año han concurrido 380 cintas, casi un centenar más que en la edición pasada- encontramos temáticas variadas, como el cine social (Haramiste, sobre la confrontación del deseo y las costumbres; San Cristóbal, sobre la marginación de la homosexualidad, o El día de la abuela, sobre la vejez y la soledad) a la comedia (Clitopraxis, El secuestrador de perros o La balada de Ella Plummhof).

Como novedad, esta año han entrado a competir “por méritos propios, no por cumplir ninguna cuota” el documental valenciano “Rosalía”, sobre la galerista Rosalía Sender.

Otro de los principales incentivos que deparará el festival a lo largo de sus diez días de duración es el mediometraje “Junun” (2015), dirigido por Paul Thomas Anderson, que narra el viaje del guitarrista de Radiohead, Johnny Greenwood, a Rajastán, donde toca con un grupo de músicos indios.

No será la única nota musical de esta IX edición, en la que se ha incorporado la actuación de dos bandas –Ratolines y Luna y panorama de los insectos- que tienen en común el hecho de integrar los audiovisuales dentro de su propuesta escénica.

Inéditos de Cuerda, Kiarostami y Kurosawa

Además, en la sección “Inèdits” –en la que se rescatan obras realizadas años atrás, pero prácticamente desconocidas para el público debido a que no gozaron de distribución en salas comerciales debido a su atípico metraje- encontramos el mediometraje de José Luis Cuerda “Total” (1983), que dio lugar al clásico español “Amanece que no es poco”. También se proyectarán “La experiencia”, de Kiarostami; “Koma” (2009), de Naomi Kawase; “Agárrate el pañuelo, Tatiana” (1994), de Kaurismaki y “Los hombres que caminan sobre la cola del tigre” (1945), de Kurosawa, entre otras.

A pesar de que la producción de mediometrajes crece en volumen y calidad cada año, los formatos entre 30 y 60 minutos siguen quedando en tierra de nadie cuando se trata de competir en grandes festivales o cuando se pretende encajar en las rejillas de televisión. Las nuevas plataformas de video bajo demanda como Netflix sí apuestan por ellos; y de hecho, lo hacen con bastante éxito. Producciones como “A very Murray Christmas”, de Sofia Coppola, o la serie de capítulos auto-conclusivos “Black Mirror” son buenos ejemplos de ello.

Imagen del mediometraje «Junun»
Imagen del mediometraje «Junun» - ABC

“Los canales de distribución dependen mucho de las políticas que aplica cada país y sus televisiones –explica Carlos Madrid, director de La Cabina-. Siguen siendo Alemania y Francia quienes apuestan más por el mediometraje en sus cadenas públicas. Por otra parte, Polonia y Alemania están recurriendo a películas de 30 minutos como trabajos de final de carrera para los alumnos de cine. Son pequeños brotes, pero que vienen de nuestros vecinos europeos. Espero que España se parezca a ellos cada vez más”.

Para salvar este tipo de escollos, y dado que son el único festival internacional de mediometrajes del mundo, La Cabina ha comenzado a preparar una “campaña” de comunicación con el objetivo de convencer a grandes festivales como los Oscar o los Goya para que introduzcan una sección específica para los mediometrajes, igual que la que tienen los cortos y las películas de más de una hora de duración. “Ahora estamos centrados en llevar adelante esta edición, pero ya hemos empezando a escribir cartas y a publicarlas”. Esta acción de “lobby” irá también dirigida a las televisiones españolas, en las que por el momento solo se contempla la adquisición de largometrajes, series y documentales de 52 minutos con cortes publicitarios.

Las subvenciones

La Cabina contará este año con el mayor presupuesto de su joven historia; 40.000 euros que aportan instituciones como la Conselleria de Cultura a través de la Dirección General (20.000 euros); CulturArts (10.000) y la Universitat de València (7.000). Los patrocinadores privados (cervezas Turia y Caixa Popular) contribuyen con 2.000 euros cada una.

Paradójicamente, estas cifras distan mucho de las que se inyectan a festivales como Cinema Jove (600.000 euros) y la Mostra Viva (100.000). El primero de ellos atraviesa un momento de incertidumbre, todavía sin nuevo director y con un balance de pérdida continuada de espectadores; el segundo no ha logrado todavía ganar notoriedad en la ciudad.

Las cifras de asistencia de La Cabina no son espectaculares en términos globales (6.200 espectadores), pero son más que satisfactorias teniendo en cuenta su tendencia ascendente, el exiguo presupuesto con el que cuentan y el hecho de que solo cuentan con tres sedes de tamaño medio: La Filmoteca, el Centro Cultural La Nau y el Instituto Francés. La próxima meta son los 8.000 espectadores. “Con eso ahora mismo nos consideraríamos afortunados”, estima su director.

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